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Eran las 15.50 del 16 de mayo y “Nacho” volvía de una reunión de trabajo. Quería sumar otro turno, además del que cumplía en la barbería Harlem Barber Club, de la que era socio. Desde que estaba en el colegio que Ignacio Yustos (21) quería cortar el pelo, tener su propio local e independizarse.
Aquel domingo regresaba a la casa de su papá para ver por televisión el partido Boca-River. “Nacho” tenía que comer una picada con su familia, pero terminó embestido por un patrullero que cruzó el semáforo en rojo.
Fue en el cruce de Avenida Balbín (Ruta 8) con Pueyrredón, en San Martín. Justo frente a la popular heladería “Chinin”, donde un móvil conducido por la oficial Agustina Gutiérrez (24) le dio de lleno a la moto en la que viajaba Ignacio.
Por centímetros se salvó otra motociclista que logró esquivarlos y que terminó asistiendo al joven, algo que -cuestionan- no hicieron los agentes policiales.
Gutiérrez cumplía funciones en el Comando de Patrullas de San Martín y estaba junto a otro oficial. Según su declaración, que contradice las evidencias recolectadas al momento, iba custodiando una ambulancia que se dirigía al Hospital Interzonal General de Agudos Eva Perón (ex Castex), a unas 11 cuadras del lugar del hecho, el mismo en el que Ignacio terminaría muerto.
Más de 14 testimonios fueron incorporados al expediente y la mayoría coinciden en que no pasó por allí ninguna ambulancia ni antes ni después del hecho. También aseguran que el patrullero no llevaba prendidas las sirenas.
La imagen que difundieron los familiares de Ignacio Yustos sobre la policía que conducía el patrullero.
Según los registros de las cámaras de seguridad, tampoco circulaban custodiando a la ambulancia, sino que la habían perdido tres cuadras antes.
“Iban a unos 80 kilómetros por hora, en el momento del cruce redujeron a 60 kilómetros por hora, pero ella declaró que iba a 30 kilómetros. A esa velocidad, cruzar un semáforo en rojo, sin luces, sirena, ni nada”, cuestionaron los abogados de la familia Yustos.
Ignacio voló, igual que su Zanella color azul. A pesar de que cruzó a baja velocidad, con el semáforo en verde y que llevaba casco, murió cinco minutos después de ingresar al hospital por la gravedad de las heridas sufridas.
El patrullero iba a toda velocidad y atropelló al motociclista.
Según los testigos, Gutiérrez se quedó adentro del vehículo y su compañero se acercó a ver lo que estaba ocurriendo, pero no asistieron al joven, que quedó tendido en el suelo.
La camioneta Ford Ranger de la Policía Bonaerense quedó atravesada para cortar el tránsito.
La investigación quedó en manos de la fiscal Ana De Leo, de la UFI N° 4 de San Martín, que pidió la detención de Gutiérrez. La oficial fue pasada a disponibilidad por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
Ignacio Yustos (21), en pleno trabajo.
La semana pasada, por decisión de Mariano Andrés Porto, del Juzgado de Garantías N° 1 de San Martín, la liberaron.
Gutiérrez está acusada de “homicidio culposo agravado” y la expectativa de pena máxima es de 6 años de prisión efectiva e inhabilitación para conducir.
La fiscal De Leo apeló la decisión del juez alegando “riesgos procesales”. Ahora quedó en manos del juez Porto definir su situación, analizando la evidencia recolectada al momento.
La bronca de la familia
“La mandaron a la casa, está con su familia, puede circular tranquilamente. Ni el registro de conducir le quitaron, así que puede volver a manejar sin problemas. Al menos hasta que empiece el juicio”, se indignó Mónica Yustos (40), tía de “Nacho”.
La mujer agregó: “Nos dijeron que la pasaron a disponibilidad, no sabemos si le sacaron el arma, pero sigue cobrando el sueldo, lo único que no puede hacer es salir del país”.
Este jueves, a las 18, colocaron una estrella amarilla, característica para representar a víctimas de siniestros viales y para recordar a Ignacio. Está en el cruce de Ruta 8 (Avenida Balbín) y Pueyrredón, por el Día Nacional de la Seguridad Vial.
EMJ
Fuente Clarin
