Musulmanes de todo el mundo celebraban este martes el Eid al-Adha, o “Fiesta del Sacrificio”, una de las mayores festividades de los musulmanes, que este año vuelve a celebrarse a la sombra de la pandemia del coronavirus y en medio de crecientes preocupaciones por la variante Delta.
El Eid al-Adha, o “Fiesta del Sacrificio”, se caracteriza por las oraciones comunitarias, las grandes reuniones sociales y, en muchos casos, por el sacrificio de ganado y el reparto de la carne entre los necesitados.
En las celebraciones se degüellan corderos y otros animales para recordar cómo el profeta Abraham ofreció su hijo primogénito a Dios.
En las celebraciones se degüellan corderos y otros animales. Foto: Reuters
Este año, en muchos países la fiesta coincide con la lucha contra la variante Delta, identificada por primera vez en India, lo que llevó a algunos a imponer nuevas restricciones o a pedir a la población que evite las grandes multitudes y siga los protocolos de seguridad.
La pandemia también ha pasado factura por segundo año a uno de los pilares sagrados del islam, el Haj, cuyos últimos días coinciden con el Eid al-Adha. Frente a los 2,5 millones de fieles de todo el mundo que llegaban a la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudita, antes, la peregrinación quedó drásticamente reducida por el virus.
El Eid al-Adha
El Eid al-Adha o Aid Al Adha es la segunda celebración principal del islam, solo superada por el Eid-Al-Fitr, que marca el final del Ramadán.
El Eid al-Adha también es conocido como la Fiesta del Sacrificio y de hecho forma parte del Haj, que es la gran peregrinación a la Meca que deben realizar los fieles musulmanes al menos una vez en la vida durante este mes.
Esta festividad conmemora el pasaje del Corán donde Abraham mostró su disposición de sacrificar a su hijo primogénito Ismail como un acto de obediencia al mandato de Dios. Sin embargo, antes de que pudiera llevar a cabo la inmolación, Allah intervino y le proporcionó un cordero para sacrificarlo en su lugar.
Palestinos preparan la carne de ovejas carneadas por el Eid al-Adha en Cisjordania. Foto: AP
Cada año los musulmanes celebran el Eid al -Adha sacrificando un cordero, una cabra, una oveja o un camello, para honrar el acto de fe de Ibrahim. La carne se divide en tres partes iguales: para la familia que ofreció el sacrificio, para sus parientes y amigos, y para los más necesitados.
El objetivo es asegurarse de que todos los musulmanes coman carne, y cumplan con el mensaje de devoción, amabilidad e igualdad. En esta fecha también se dan dulces y regalos, y se suele visitar a la familia más extensa.
El sacrificio
Aproximadamente 20 minutos después de la salida del sol —la mañana del Eid al -Adha— se realiza una oración especial. El jefe de la familia es el responsable de sacrificar al animal (aunque su sacrificio no es obligatorio en algunos países, ya que no todas las familias pueden permitirse su compra).
El animal debe ser estar sano, sin tener ningún tipo de defecto físico evidente, debe ser sacrificado con el menor dolor posible, y siempre con la cabeza en dirección a La Meca.
En el calendario lunar islámico el Eid al-Adha cae en el décimo día de Dhu al-Hijjah y dura cuatro días. En el calendario gregoriano internacional, las fechas varían de un año a otro, cambiando aproximadamente 11 días.
El animal debe ser estar sano, sin tener ningún tipo de defecto físico evidente. Foto: EFE
Si bien existe el temor de la variante Delta, los musulmanes de Oriente Medio celebran este año un Eid al Adha con menos restricciones que el anterior gracias a una mejora de la situación en algunos países, aunque la crisis económica hace que muchos no puedan permitirse comprar un carnero o ni siquiera un kilo de carne para esta ocasión.
A diferencia de 2020, en países como Egipto, Jordania y el Líbano no se han impuesto toques de queda.
En Jordania y en países del golfo Pérsico esto es posible gracias al avance de la campaña de vacunación, con las autoridades del reino que esperan alcanzar el 50 % de la población en septiembre mientras en Emiratos Árabes Unidos o Baréin ya más del 60 % ha recibido dos dosis y puede optar a una tercera de refuerzo.
Sin embargo, todos los gobiernos llamaron a extremar las precauciones durante esta fiesta, que dio comienzo este martes con la matanza y un rezo multitudinario al alba, y se prolongará tres días.
La tradición de repartir la carne entre parientes, vecinos y los más necesitado ha sido desaconsejada por los riesgos de salud. Las autoridades religiosas han instado a hacer, en su lugar, a través de organizaciones caritativas.
En Egipto el Gobierno ha prohibido un año más la matanza en las calles y ha puesto a disposición de los ciudadanos los mataderos públicos gratis, aunque quien puede sacrificar a un animal todavía quiere hacerlo con sus propias manos.
El Eid al-Adha, o “Fiesta del Sacrificio”, se caracteriza por las oraciones comunitarias. Foto: EFE
Precios imposibles
En Sudán pocos se pueden permitir este año sacrificar una cabeza de ganado, cuyo precio se sitúa entre 35.000 y 50.000 libras sudanesas (a partir de 50 dólares) en la capital Jartum, frente al año pasado, cuando costaba entre 8.000 y 13.000 libras.
Esa cifra supera el salario de un funcionario estatal y es imposible de pagar para muchas familias, que este año tendrán que prescindir de la tradición, en medio de una acuciante crisis económica con la inflación interanual que se situó en 412,75 % en junio, un aumento del 33,96% respecto al mes anterior.
El aumento se debe a que los precios de alimentos y bebidas acumulan una inflación del 247,97 %, al igual que otros bienes básicos, que además escasean en el país, debido a la falta de divisas y a la gran depreciación de la moneda local frente al dólar estadounidense.
Otro Eid manchado de sangre
Los iraquíes vivieron un comienzo del Eid al Adha manchado de sangre, después del atentado del lunes en un mercado de la capital Bagdad que dejó al menos 30 muertos y 60 heridos, más de la mitad de ellos mujeres y niños.
AFP
Las medidas de seguridad se reforzaron el martes, con el despliegue de efectivos del Ejército, la Policía Federal y Local, que suelen mantenerse en alerta en las festividades religiosas que se han visto ensombrecidas por ataques terroristas en los pasados años.
Además, los iraquíes sufren estos días altas temperaturas, que alcanzan los 52 grados en algunas regiones del país, en medio de una grave crisis energética con apagones de electricidad de más de 12 horas diarias que afectan a todos los sectores.
La posibilidad de comprar una cabeza de ganado se ha reducido este año debido a la crisis económica y a la depreciación de la moneda iraquí frente al dólar, por lo que muchas familias se limitan a comprar dulces tradicionales o a hacerlos en casa y celebrar sin carne.
Las medidas de seguridad se reforzaron el martes en Bagdad, con el despliegue de efectivos del Ejército. Foto: EFE
Siria, sin carne
La acuciante crisis económica en Siria tras una década de conflicto, con el 60 % de la población que no puede permitirse una comida al día, hace que celebrar el Aid al Adha con carne y alimentos en abundancia sea sólo un recuerdo lejano.
Un vendedor de ganado de 45 años, Abu Hussein, aseguró en Damasco que la venta de animales para el sacrificio ha disminuido un 80 % este año, algo que no había pasado ni siquiera cuando la mayor parte del país estaba sumido en la guerra.
“Este año no habrá celebraciones por el Aid al Adha como debería”, señaló Abu Hussein.
Redacción Clarín, con información de EFE y Associated Press
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Fuente Clarin