Un especialista explica cuál es la variable que incide en el aumento de casos y qué medidas hay que tomar para prevenirlo.
El coronavirus -ahora con Delta y Ómicron- sigue avanzando. En nuestro país, el crecimiento de casos desde mediados de diciembre resulta contundente. Este lunes se reportaron 44.396 nuevos infectados. En la última semana hubo un incremento del 203% en los contagios. El acumulado de 7 días es de 259.021 (el lunes pasado era de 85.261). La tasa de positividad también se disparó: fue del 47%, es decir que casi la mitad de los que se testearon dieron positivo.
Esto, además de dejar en evidencia la necesidad de aumentar el número de hisopados diarios, lleva a muchos a preguntarse si cambió algo en la forma de contagio que nos ayude a entender por qué el virus está circulando tanto más que antes.
La respuesta está en las variantes, según confirma a Clarín Arnaldo Casiró, jefe de Infectología del Hospital Álvarez.
“La manera en la que nos contagiamos sigue siendo la misma. Es a partir de partículas virales que se desprenden de una persona infectada y quedan en el aire”, señala Casiró.
Y agrega: “Pero las variantes son cada vez más transmisibles. Delta es al menos dos veces más contagiosa que la original y Ómicron infecta el doble que Delta”.
El último dato oficial, sostiene Casiró, ubica a Delta como variante predominante aunque la sospecha es que “Ómicron la estaría desplazando”.
“Esta posibilidad se desprende de la experiencia en otros países y también de la rapidez con la que estamos viendo que aumentan los contagios”, comenta el infectólogo del Álvarez.
Contactos estrechos
Casiró también se refiere al tiempo de exposición vinculado al contagio. “En la definición de contacto estrecho sigue figurando que la persona está en riesgo luego de pasar 15 minutos a menos de dos metros de distancia, aunque todo indica que con variantes tanto más contagiosas esto cambia”, advierte.
En otras palabras, sostiene que un infectado con Delta, y todavía más con Ómicron, seguramente necesite un lapso bastante menor para transmitir el virus.
El uso de barbijo es una barrera útil, aunque no mágica. “Pasar mucho tiempo con alguien hoy es exponerse. Si el encuentro se da en un lugar cerrado sin la ventilación adecuada, el barbijo protege y mucho pero no evita la transmisión”, destaca.
En tanto, resalta que los encuentros al aire libre o en ambientes muy bien ventilados contribuyen a evitar que la curva se siga disparando.
¿Qué ocurre con las superficies contaminadas? “Se demostró que las superficies no están asociadas con el contagio por lo que el aumento de la curva no tendría que ver con eso”, cierra.
MG
Fuente Clarin