“El aumento de la inflación está presionando aún más a los responsables monetarios para que alivien la carga de los hogares, al tiempo que complica la tarea del Banco de Inglaterra”, dijo Yael Selfin, economista jefe de KPMG UK.
El Banco de Inglaterra declaró la semana pasada que la inflación probablemente se mantendrá por encima del 9% en los próximos meses, antes de alcanzar un máximo ligeramente superior al 11% en octubre, cuando las facturas reguladas de la energía de los hogares volverán a subir.
Los precios de los alimentos y los productos no alcohólicos subieron un 8,7% en términos anuales en mayo, el mayor salto desde marzo de 2009, que convierte a esta categoría en el mayor motor de la inflación interanual del mes pasado. Los precios de consumo generales subieron un 0,7% en términos mensuales en mayo, según la ONS, ligeramente por encima del consenso del 0,6%.
La tasa de inflación general de Reino Unido en mayo fue superior a la de Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia. Aunque Japón y Canadá aún no han comunicado sus datos de los precios al consumo de mayo, es probable que ninguno de los dos se acerque a la cifra británica.
El Banco de Inglaterra teme que el aumento de los precios supere el 11% a finales de año, un golpe importante para el poder adquisitivo de los hogares con pocos recursos. “El importante aumento de los precios de los alimentos y los precios récord de la gasolina” se vieron de todas formas algo frenados en mayo por “un menor aumento de los precios de la ropa y una reducción (de los precios) de los juegos informáticos”, resumió Grant Fitzner, economista jefe de la ONS, en Twitter.
La semana pasada, el Banco de Inglaterra (BoE) anunció una quinta suba de la tasa de interés, hasta el 1,25%, un nuevo récord desde 2009, para luchar contra la inflación.
Fuente Ambito