El segundo es el escritor británico Roald Dahl, autor de Charlie y la Fábrica de Chocolates, la novela que Tim Burton llevó al cine con Johnny Deep como protagonista. Dahl nació el 13 de septiembre de 1916.
Para la Academia del Chocolate y la Confitería, con sede en Francia, la fecha debería ser el 7 de julio, en referencia a la llegada del cacao desde América a Europa en 1550. Fueron los pobladores originarios de la región de Amazonia quienes descubrieron cómo procesar los granos de cacao, hace más de 3.000 años. Los mayas lo cultivaban y los aztecas fueron perfeccionando el proceso que les permitía obtener una bebida aromática muy valorada.
Una de las cualidades nutritivas más importante del cacao es la presencia de antioxidantes. Ese aporte complementa el que hacen otros alimentos, como las frutas y los vegetales. La actividad antioxidante genera diversos beneficios para la salud cardiovascular, al igual que los ácidos grasos del tipo Omega 9, que se encuentran en la manteca de cacao.
Por su composición, el chocolate es un alimento energético que aporta grasas y carbohidratos, dos fuentes que pueden ser una buena opción en la dieta de deportistas o personas que necesitan una fuente de energía extra. Del total de la fibra aportada, el 20% es soluble y el 80% insoluble.
El chocolate contribuye, además, a alcanzar los 25 g de fibra que el Código Alimentario Argentino recomienda consumir a diario, complementando el aporte de cereales integrales, frutas y verduras.
Al momento de elegir el chocolate más compatible con hábitos de vida saludables, se debe tener en cuenta que las variedades amargas y semiamargas contienen mayor cantidad de cacao y, por lo tanto, son las que aportan mayor cantidad de antioxidantes y fibra dietaria. Estas son las presentaciones más convenientes para incorporar a una dieta equilibrada si se pretende consumir chocolate frecuentemente. Por tratarse de un alimento energético, es muy importante moderar su consumo para poder disfrutar de sus beneficios sin desbalancear nuestra dieta.
La clave para poder integrarlo a una alimentación balanceada y equilibrada es consumirlo con moderación: entre dos y seis porciones semanales.
Fuente Ambito