Cuando Thiago Vellón, de Boulogne, tenía menos de un año de vida sufrió una meningitis y quedó sordo de ambos oídos. Pero eso ya es historia. Ahora escucha y baila tras un exitoso implante coclear en el Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro.
Luego de la operación, el momento más esperado llegó: “Subí un poco el volumen del equipo de música para ver cómo reaccionaba mi hijo. Me miró, empezó a reírse y se puso a bailar el tema ‘Loquita’ del grupo Márama. Con mi mujer nos largamos a llorar de la emoción”, relató Pablo, el padre de Thiago.
El Jefe del Servicio de Otorrinolaringología, Daniel Larisgoitia, contó que el equipo que le permite escuchar al niño fue encendido el viernes pasado y ambos oídos tuvieron una respuesta excelente. Ahora siguen trabajos de estimulación y controles periódicos.
Los otrorrinos, Martínez y Larisgoitia, controlando al niño
La operación fue un éxito. “El niño tenía una hipoacusia neurosensorial bilateral profunda a causa de una meningitis. Y, por su corta edad, no había alcanzado a desarrollar el lenguaje. El implante fue primero del lado derecho y luego operaremos el lado izquierdo”, agregó el médico Pío Martínez.
Larisgoitia hizo referencia a la importancia de esta operación para el futuro del niño, ya que si no se realizaba el chico tendría que ir a un colegio de sordos. El caso de Thiago es el segundo implante coclear que se realiza en el Hospital Materno Infantil de San Isidro.
Cómo funciona el implante
En un oído normal, las ondas vibratorias llegan al oído interno llamado cóclea, que tiene forma de tubo enrollado en espiral. Esas ondas son convertidas por la cóclea en señales eléctricas y viajan a lo largo del nervio auditivo hacia el cerebro para que la persona pueda escuchar.
Para lograr ese proceso en una hipoacusia, se coloca un equipo en la mastoides (hueso) debajo del cuero cabelludo. Tiene un receptor, que cuando recibe un sonido lo convierte en señales eléctricas que van al cerebro. La única pieza que se ve es la que recibe el sonido.