“Quedate en casa” habrá sido la frase más escuchada desde que se decretó la cuarentena obligatoria en Argentina por la llegada del coronavirus. “Quedate en casa” se repetía en spots publicitarios, cartelerías callejeras y stickers en redes sociales. Pero casi al unísono de este mensaje certero para evitar los contagios masivos, se evidenció que el hogar era el lugar más inseguro para la otra pandemia: los femicidios. Durante este período, el 61% de las mujeres víctimas de violencia de género fueron asesinadas en sus propios casas.
El caso de la pequeña Ada (7) y su mamá, Cristina Iglesias (40), fue uno de los primeros femicidios que se registraron desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en el país el 20 de marzo pasado.
Las redes sociales se llenaron de fotos de Cristina y Ada. Sus familiares las buscaban con desesperación. La última vez que las habían visto con vida había sido el 25 de marzo y luego les perdieron el rastro. Dos días después las encontraron asesinadas y enterradas en el fondo de su casa en Monte Chingolo, en el partido bonaerense de Lanús. Por el doble femicidio fue detenido el novio de la mujer, Abel Romero.
Y este no fue un caso aislado. Entre el 20 de marzo y el 24 de diciembre, seis de cada diez femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima, según el último informe de la ONG La Casa del Encuentro. El 30% de estos homicidios se registraron en la propia casa de la mujer y el 31 restante, en la vivienda compartida por víctima y victimario.
Entre el 20 de marzo y el 24 de diciembre, seis de cada diez femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima
En tercer lugar se ubica la casa del femicida u otras propiedades (7%) como escena del crimen. Lo que muestra que en la privacidad de una vivienda se produjeron casi el 70% de los 212 femicidios registrados hasta Nochebuena por La Casa del Encuentro, que basa sus informes en los reportes periodísticos desde hace 12 años. El resto se cometió al aire libre. Hay víctimas que fueron atacadas en plena vía pública, descartadas en pozos de agua o canales de riego, entre otros sitios.
Mientras que, en todo 2019, el 52% de las mujeres habían sido asesinadas en sus hogares. Pero si la comparación se reduce al período del 20 de marzo al 24 de diciembre de ese año, los crímenes de género en la vivienda de la víctima fueron 103 hechos (49%). En ese mismo período pero de 2020, ascendieron al 61%.
Historias. La mayoría de los femicidios ocurrieron en la provincia de Buenos Aires (78 casos), en donde su región más poblada permaneció bajo el ASPO hasta el 6 de noviembre, cuando el Área Metropolitana de Buenos Aires (conformada por Capital Federal y los cuarenta municipios más cercanos a la Ciudad) pasó al distanciamiento social, preventivo y obligatorio (Dispo).
“No sabemos qué corno pasó, hay un tema ahí con la pandemia y el encierro, que pudo haber generado una depresión”, así intentó explicar Germán Neuss el femicidio que su padre había cometido el día anterior en el country Martindale de la localidad bonaerense de Pilar.
El 10 de octubre, cuando Silvia Saravia (69) ingresó al dormitorio fue atacada por su marido, el empresario Jorge Neuss. El día anterior habían discutido y la mujer había pasado la noche en la casa de su hija ubicada en el mismo country.
Un #3J en cuarentena: convocan a gritar “¡Vivas nos queremos!” en las redes
Neuss la tomó de atrás, Silvia intentó defenderse pero no pudo. La mató de un disparo. Luego el femicida se pegó un tiro en la cabeza.
En la habitación de su casa en la localidad bonaerense de Isidro Casanova, fue atacada a puñaladas María Dolores Juncos (35). La hija de la mujer la encontró en la cama con unas diez heridas de arma blanca sobre su cuerpo y a la pareja con un corte en el cuello. El femicida Ramón Acuña fue detenido, luego de ser asistido.
La maestra Jésica Minaglia (30) y Alba Orqueda (18) también fueron asesinadas en sus casas. Jésica en el sur del país, mientras que Alba en el norte.
Fue la ex pareja de la docente quien llamó a la policía santacruceña (él era oficial de la fuerza) para alertar que la había encontrado muerta en la casa de ella. Su coartada duró poco y pronto Pablo Núñez quedó detenido por el crimen.
Alba fue asfixiada por su novio en la casa que compartían en Chaco. Mientras que en Entre Ríos el novio de Julieta Riera está preso acusado de haber tirado a la joven del balcón del departamento en el que convivían.
Al principio de la cuarentena los pedidos de justicia por los casos de femicidios que se registraron se hacían a través de marchas virtuales o se colgaban carteles en ventanas y balcones. Luego los reclamos volvieron a las calles con protocolos sanitarios como estipulaba cada gobierno provincial. Se organizaron caravanas de autos y hasta marchas por terminación de DNI, como tras el asesinato de Cesia Reinaga en Jujuy.
Por ejemplo, en 9 de Julio marcharon por el femicidio de Micaela Salazar. La joven, embarazada de cinco meses, fue asesinada a golpes por su pareja boxeador. Lo que fue una de las 192 movilizaciones contabilizadas por el Observatorio Lucía Pérez.
Así el “quedate en casa” se convirtió en el peor antídoto para la otra pandemia, la de la violencia de género.
30 femicidas se suicidaron
El empresario Jorge Neuss (71) tomó de atrás a su esposa Silvia Saravia (69) y le disparó en la habitación matrimonial de su casa en el country Martindela de Pilar. En Tucumán, Paola Tacacho (32) fue atacada a puñaladas en plena vía pública por su ex alumno, Mauricio Parada Parejas (32), quien la acosaba hacía cinco años. La acuchilló hasta matarla. Ambos femicidas se suicidaron luego de matar.
Entre el 20 de marzo y el 24 de diciembre del 2020, fueron 30 los femicidas que se quitaron la vida después de matar a una mujer según el último reporte de La Casa del Encuentro.
El 10 de octubre, Neuss atacó a Silvia cuando la mujer ingresó cerca del mediodía a la habitación que compartían. El empresario la tomó de atrás y le disparó. A los segundos, él se gatilló en la cabeza.
El último día de octubre, fue asesinada Paola en Tucumán, quien había denunciado más de diez veces a Parada Parejas pero nunca fue escuchada. El joven la acosaba, le mandaba mensajes por redes sociales y se presentaba en los lugares a los que ella concurría. Hasta que la mató en el centro tucumano cuando la víctima salió de un gimnasio.
Luego Parada Parejas se clavó el arma homicida en el corazón y murió en el lugar.