1 Externalidades. Las decisiones de consumo, producción e inversión que toman los individuos, los hogares y las empresas suelen afectar a terceros que no participan directamente en las transacciones. A veces, esos efectos indirectos son minúsculos, pero cuando son grandes pueden resultar problemáticos; eso es lo que en economía se denomina “externalidades”. Su existencia es uno de los motivos por los cuales se implementan políticas públicas, porque se busca corregir los efectos. La mayoría de las consecuencias indirectas repercuten en las oportunidades de consumo y producción de terceros, pero el precio del producto no refleja esas externalidades. Por ende, las rentabilidades y los costos privados son diferentes de los que asume la sociedad en su conjunto.
2 Categorías. Es posible encuadrar las externalidades negativas y positivas. En las negativas no se asumen todos los costes de un efecto perjudicial. Por ejemplo, si un contaminador toma decisiones basadas solo en el costo y en la oportunidad de las ganancias directas de su producción, sin tener en cuenta los costos indirectos que recaen en las víctimas de la contaminación. Estos costos indirectos que no recaen sobre el productor ni sobre el usuario particular incluyen el deterioro de la calidad de vida de la población en general, haciendo que el costo social sea superior al costo privado. Las externalidades positivas hacen referencia a las decisiones de consumo, producción o inversión que tienen un efecto indirecto favorable para la sociedad. Por ejemplo, las actividades de investigación y desarrollo están ampliamente consideradas como generadoras de efectos positivos que trascienden al productor. La razón es que la investigación y el desarrollo enriquecen el conocimiento general, lo que contribuye a otros descubrimientos y avances. Sin embargo, la rentabilidad percibida por una empresa que vende productos basados en sus propias actividades de investigación y desarrollo no suele reflejar la rentabilidad percibida por sus beneficiarios indirectos.
3 Falla de mercado. Si existen diferencias entre los costos privados y sociales, o entre la rentabilidad privada y la social, el principal problema es que los resultados de mercado quizá no estén siendo eficientes. Para promover el bienestar de todos los miembros de la sociedad es necesario obtener un máximo de rentabilidad social y reducir los costos sociales al mínimo. Y a menos que los hogares y las empresas que toman las decisiones de compra y producción internalicen todos los costos y los beneficios, los resultados de mercado pueden conducir a situaciones de consumo y producción que sean ineficientes, consideradas como fallas de mercado.
4 Bienes públicos. Los bienes públicos son un caso especial de externalidad, que se someten a dos principios básicos: la imposibilidad de exclusión (quien produce o mantiene un bien público no puede impedir que otros se beneficien de él) y el concepto de no rivalidad (el consumo que hace uno no reduce la oportunidad de consumo de otros).
5 Solución. A partir de estas complicaciones, a lo largo de la historia se han promulgado diferentes soluciones para resolver las externalidades. La primera fue la de la intervención estatal a través de impuestos a las actividades que generaran efectos negativos indirectos sobre la población, la segunda fue una libre negociación contractual entre las partes involucradas, donde los derechos de propiedad debían estar bien definidos (lo que nunca pudo definirse con los bienes públicos). De todas maneras, aunque hay margen para soluciones correctivas basadas en el mercado, a menudo los países han recurrido a la intervención estatal, a través de alientos o desalientos tributarios para asegurar que los costos y los beneficios queden plenamente internalizados.