Los rugbiers Lucio (31) e Ignacio Cozzi (31), acusados de golpear a un joven en una fiesta clandestina en un balneario de Claromecó, fueron excarcelados hoy porque no tienen antecedentes penales y no existe “peligrosidad procesal”, aunque no podrán ausentarse de su domicilio por más de 24 horas sin previo aviso.
Los jugadores de La Plata Rugby Club pasaron seis días detenidos en la comisaría 1ra de Tres Arroyos acusados por el delito de “lesiones graves”. Los mellizos se entregaron este jueves 31 de diciembre por la agresión contra Felipe Di Francesco (23), quien terminó con fractura de tabique, le astillaron cuatro dientes y supuestamente tiene comprometida la visión de un ojo.
En la resolución, la jueza de garantías de Bahía Blanca, Susana Calcinelli, entendió que el “derecho excarcelatorio resulta formalmente procedente, pues la pena máxima para el delito en cuestión es de seis años de privación de libertad”.
Además, añadió que la pena a aplicarse en el presente proceso “podría resultar de modalidad en suspenso, puesto que el delito enrostrado en su extremo punitivo mínimo resulta de un año de prisión y los encausados de autos carecen de antecedentes penales condenatorios”.
Para la jueza “no existen” elementos como para presumir que los acusados “intentarán eludir la acción de la justicia en caso de recuperar su libertad”. “Tampoco se advierte que, por recuperar su libertad, puedan entorpecerla, sea ocultando o falseando futura prueba; especialmente ya que es posible afirmar que tales elementos de investigación se encuentran incorporados y debidamente resguardados en el legajo fiscal y otros son prueba de descargo de los propios interesados”, explicó.
“Ahora juntá vos la basura”, le gritaron los rugbiers luego de darle una golpiza
La única condición que les impuso a los acusados es que no podrán “ausentarse por más de 24 horas sin conocimiento ni autorización judicial previa”.
Ricardo Casal y César Albarracín, abogados de los rugbiers, habían basado el pedido de excarcelación sobre la base del “principio de inocencia y demás garantías y principios constitucionales”, argumentando que sus defendidos “poseen residencia fija, actividad laboral y carecen de antecedentes penales, no existiendo indicios de peligrosidad procesal”.
“Es una decisión ajustada a derecho. Ignacio y Lucio mostraron desde el primer momento absoluta colaboración con el proceso. Los hechos, además, comenzaron a esclarecerse, en el sentido de que se trató de una pelea entre dos personas, no de un ataque en grupo hacia una víctima indefensa”, explicó a Perfil Albarracín, uno de los defensores de los rugbiers.
El letrado anunció que solicitaron “una nueva pericia tendiente a determinar con precisión las lesiones que sufrió la víctima”. “Se trata de un punto importante para la defensa. Hubo ciertas imprecisiones en algunos relatos del inicio que aspiramos a que se disipen en lo inmediato, porque tanto Lucio como Ignacio son personas responsables y de trabajo que se vieron envueltos en una situación que los afectó profundamente”, señaló.
El caso
La agresión se produjo el domingo 27 de diciembre pasado en Claromecó, en el partido de Tres Arroyos, en una fiesta clandestina en la playa a la que asistieron unas 500 personas.
Felipe y su hermano Ramiro Di Francesco, de 26 años, recogían botellas de vidrio y latas, intentando limpiar el lugar, cuando un grupo de seis o siete personas, entre las que supuestamente estaban los rugbiers agresores, comenzaron a provocarlos.
“Arrancaron a tirar basura al fuego. Mi hermano, que es ambientalista, les pidió que, en vez de tirarlas al fuego, nos dieran una mano. Ahí Lucio empezó a prepotear e insultar a mi hermano”, afirmó en su momento el joven agredido.
Felipe contó que lo “atacaron de atrás cuando estaba solo”. Según la víctima, después de ese altercado, los Cozzi lo interceptaron mientras se subía a su camioneta y lo golpearon: “Me agarraron solo, por la espalda. No sé si fue una emboscada o me estaban esperando. Quedé inconsciente y me siguieron pegando en el piso”, relató.