La violencia en el Bajo Flores, al sur de la Ciudad de Buenos Aires, volvió con los primeros días del 2021: cuatro crímenes en una semana pusieron a la villa 1-11-14, escenario de una guerra narco sin fin, otra vez bajo la lupa.
El jueves 7 de enero, alrededor de las 13.30, la calle Riestra estaba repleta. Gente haciendo las compras, remises esperando pasajeros y personas que regresaban de trabajar. Todos fueron testigos de la brutal escena: adelante de todos, a metros de un puesto fijo de Gendarmería Nacional, empezó la andanada de disparos.
Los vecinos contaron más de 10 tiros. Se arrojaron al piso para protegerse, se refugiaron en los negocios y algunos se asomaron para ver qué estaba pasando en el cruce de Riestra y Bonorino.
Los disparos fueron directo a un grupo de hombres que estaban parados en la esquina. A Manuel Armando Ortega Huanci, 46 años, le dieron siete balazos. A su lado estaba Eddi Martel Valverde (53) y Manuel Sarmiento Huaqui (30), a quienes también los alcanzaron los proyectiles.
Luis Ernesto Velasco Mercado (48), dueño de la panadería Benjamín, a pocos metros, fue una víctima circunstancial del ataque. Según los vecinos, nada tenía que ver con el ataque direccionado hacia Ortega, Valverde y Sarmiento.
Luis Ernesto Velasco Mercado (48), dueño de la panadería “Benjamín”, fue asesinado al quedar en medio de un ataque a tiros en la villa 1-11-14.
Sarmiento Huaqui, de nacionalidad peruana, fue el único que sobrevivió al ataque. Fue gracias a que un vecino alertó al puesto de Gendarmería sobre lo que estaba ocurriendo. Ahí realizaron un perímetro y se comunicaron con el SAME, pero como la ambulancia no llegaba lo trasladaron al Hospital Piñero, donde se recupera de una herida en el abdomen.
Martel Valverde y Ortega Huanci fallecieron en el acto. Igual que Luis, el panadero del barrio. En las rejas que encierran su comercio, colgaron mensajes para despedirlo: “Luis Hernesto V. QEPD, Dios te tenga en su gloria. Te amamos mucho, tu familia“, escribieron.
Los vecinos se organizaron en redes sociales y usaron este punto para recolectar donaciones y dinero para ayudar a la familia de la víctima, que era su sostén económico.
“Ese hombre se levantaba temprano para preparar y vender su pan y un día lo matan cuando no tenía nada que ver con los asuntos de las lacras que tenemos viviendo en nuestro barrio”, publicó una vecina para pedir colaboración para la familia de la víctima.
Lo cierto es que la muerte de Luis conmocionó al barrio, aunque aún no está claro si estaba conversando con estas personas al momento del tiroteo o si pasaba circunstancialmente por allí cuando empezaron los disparos.
Luis Ernesto Velasco Mercado (48), dueño de la panadería “Benjamín”, fue asesinado al quedar en medio de un ataque a tiros en la villa 1-11-14.
Mientras la Justicia intenta identificar a los asesinos, fuentes policiales hablan de una disputa territorial vinculada la venta de drogas. Según indicaron, son bandas del barrio Padre Mugica que se instalaron en la 1-11-14.
Otros integrantes de la comunidad boliviana que viven el barrio se reunieron para organizarse y reclamar justicia por el crimen. En redes sociales denunciaron amenazas y presiones en esos encuentros y volvió a circular una grave denuncia: narcotraficantes que amenazan a los vecinos para obligarlos a ceder sus casas, una denuncia recurrente en la zona.
Pero el triple crimen no fue el único hecho sangriento en el lugar. Cinco días después, otro hombre fue asesinado de un disparo en la cabeza en la misma esquina de Riestra y Bonorino. En principio, los investigadores sospecharon que podía estar vinculado al caso anterior. Sin embargo, esa hipótesis perdió fuerza.
La víctima del segundo hecho se llamaba Cristian y tenía 30 años. Le dispararon en la nuca. La investigación de este hecho quedó en manos de la Fiscalía Criminal y Correccional N° 54, a cargo de Laura Belloqui, que dio intervención a la División Homicidios de la Policía de la Ciudad.
El hombre, que vivía en el barrio Rivadavia, fue trasladado al Hospital Piñero por un transeúnte que lo dejó allí y se fue. Poco después se presentó un familiar, que dio información sobre el ataque.
La villa 1-11-14, en el Bajo Flores porteño.Foto: Fernando de la Orden.
Según las pericias preliminares, la víctima tenía un disparo en la “región occipital izquierda sin orificio de salida”: le tiraron por la espalda y tuvo muerte cerebral.
Fuentes consultadas por Clarín indicaron que se trataría de un ajuste de cuentas vinculado a una pelea entre el asesino y un amigo de la víctima, aunque descartan que pueda estar vinculado al hecho de 7 de enero. Además, no está claro si está vinculado a la venta de drogas en la zona.
La villa 1-11-14 pertenece a la Comuna 7, de Flores, que según las estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires acumula 77 homicidios entre 2016 y 2019. Si bien los hechos descendieron en este punto, la violencia no se detiene en uno de los barrios más postergados y que aglutina el 15 por ciento de los crímenes de todo el territorio porteño.
EMJ
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