Brasil superó este lunes los 295.000 muertos y los 12 millones de casos por coronavirus desde que comenzó la pandemia. La situación en el país que dirige Jair Bolsonaro empeora día a día, los hospitales colapsan por el aumento de casos y la escasez de medicamentos para intubar a los pacientes. En este contexto, este lunes Río de Janeiro decidió cerrar los colegios por 10 días a partir del viernes.
Según el Consejo Nacional de Secretarías de Salud (CONAS), el país registró en las últimas 24 horas un total de 49.293 nuevos casos confirmados y 1.383 muertes por el virus, aunque las autoridades reconocen que las cifras suelen ser menores los fines de semana y los lunes debido a la falta de personal para contabilizar los datos.
De esta forma, el total de contagios en el país asciende a 12.047.526, mientras que el número de fallecidos suma ya 295.425 en poco más de un año de pandemia.
Brasil, el segundo país con más muertos y casos de covid-19 en números absolutos después de los Estados Unidos, atraviesa una segunda ola mucho más mortífera que la primera y los especialistas advierten que lo peor aún está por llegar.
La crítica situación de los hospitales obligó a las autoridades de diferentes regiones del país a adoptar medidas de restricción de la movilidad para intentar contener el avance del virus y reducir la presión del sistema sanitario, donde el Gobierno ha admitido que comienzan a escasear los medicamentos para la intubación de pacientes.
La ciudad de Río de Janeiro y la vecina Niteroi anunciaron este lunes unas nuevas medidas para contener el avance de la covid-19, que implican cerrar escuelas, universidades, centros comerciales, bares, restaurantes, museos, bibliotecas y gimnasios, durante diez días a partir del próximo viernes, en una decisión similar a la adoptada por la Alcaldía de Sao Paulo.
Según datos de la secretaria municipal de Salud, el porcentaje de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales de Río es de 96%.
No obstante Bolsonaro insistió este lunes en que la política de confinamientos para atajar el avance de la covid-19 “hace a los pobres más pobres” y también mata, pues lleva a muchas personas “a la depresión y el suicidio“.
“Me dicen negacionista”, pero “no dejan a la gente trabajar“, sostuvo en una nueva crítica a los confinamientos parciales que han decretado en las últimas semanas gobernadores y alcaldes, contra los cuales el Gobierno ha presentado una demanda ante el Supremo.
Fuente: EFE.
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