El Gobierno enviará esta tarde el proyecto que impulsa para establecer parámetros objetivos, medidas sanitarias y restricciones para combatir la pandemia de coronavirus. La novedad es que finalmente entrará por el Senado, donde Cristina Kirchner maneja los tiempos y el oficialismo cuenta con una amplia mayoría para aprobarlo sin cambios.
Así lo anunció el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien al cabo de una recorrida por Berazategui, confirmó que este lunes a la tarde enviará el proyecto que pulió con la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y al que el Presidente ya le dio el visto bueno antes de emprender su gira europea.
“Esta tarde estaremos enviando el proyecto al Senado y esperamos que se dé un debate franco donde la oposición no busque hacer política con la pandemia sino tener un comportamiento constructivo que hasta acá no ha tenido”, dijo Cafiero, quien tomó nota del mensaje que envió la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, que un rato antes había rechazado la posibilidad de otorgar “superpoderes” al Presidente: “No debemos avalar bajo ningún punto de vista mayores poderes que avasallen las autonomías provinciales y de la Ciudad”, dijeron los dirigentes opositores.
En Balcarce 50 admiten que la intención del Presidente es que se dé un trámite exprés en el Congreso para contar con esa herramienta antes del 21 de mayo, cuando se debe renovar el DNU vigente.
Luego, aseguró que el proyecto “apunta a tener parámetros objetivos que deben ser debatidos en el seno de las cámaras” y cruzó a Juntos por el Cambio, que con el aval de Horacio Rodríguez Larreta ya anticipó su rechazo a darle facultades extraordinarias al Presidente, al considerar que “obturar la discusión política y el diálogo antes de conocer el texto de la ley no es constructivo para nada”.
Por último, el ministro coordinador insistió en reclamar “que la oposición aproveche este tiempo para trabajar de modo honesto y no hacer política con la pandemia como lamentablemente viene haciendo en este último tiempo”.
Como adelantó Clarín, el texto toma como base los indicadores que utilizó el Presidente en el último decreto de necesidad y urgencia con el que renovó el aislamiento social preventivo y obligatorio.
En ese texto, que el jefe de Estado firmó sabiendo que iba luego a enviar este proyecto, se fijaron cuatro categorías, bajo, medio y alto riesgo y alarma epidemiológica en base a tres factores: aumento de contagios en los últimos 14 días, cantidad de casos en función de la población y la ocupación de camas de terapia intensiva.
A través de la sanción de esta ley, el Gobierno busca cobertura en dos frentes. En principio, en un año electoral, la idea es quitar el manejo de la pandemia del eje de la campaña y así evitar que la oposición lo utilice para cuestionar al Presidente.
Por otro lado, tras el revés en la puja con la Ciudad por las clases presenciales, blindar las eventuales restricciones que se deban imponer en un contexto de pandemia reduciendo el margen para que prosperen las impugnaciones ante la Justicia. Por eso, se tomó nota de que en el fallo adverso de la Corte Suprema de Justicia, los magistrados consideraron “insuficientes” los argumentos que inicialmente había esbozado Alberto F. para imponer la suspensión de la presencialidad en las escuelas.
Con este proyecto, en la Casa Rosada entienden que se cubriría aquella exigencia.
Fuente Clarin