La nota, firmada por la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell; la máxima responsable del UNFPA, la doctora Natalia Kanem, y el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, denuncia que “los ataques contra la población más vulnerable, incluidos bebés, embarazadas y enfermos” son “un acto de crueldad inconsciente”.
Según el sistema de vigilancia de ataques contra la salud de la OMS, se han registrado al menos 31 incidentes de esta naturaleza desde el principio de la invasión rusa de Ucrania, de los cuales 24 han desembocado en el daño o la destrucción de estos centros. Un total de 12 personas han muerto y 34 han resultado heridas, de acuerdo con estas estimaciones.
Las agencias de la ONU recuerdan que desde el comienzo de la invasión, el 24 de febrero, han nacido 4.300 bebés en todo el país, y que se espera que 80.000 mujeres ucranianas den a luz en los próximos tres meses a pesar de que ahora mismo “el oxígeno médico y los suministros médicos se encuentran en niveles peligrosamente bajos”.
“El sistema de salud en Ucrania claramente está bajo una presión significativa, y su colapso sería una catástrofe. Hay que hacer todo lo posible para evitar que esto suceda”, declaran los responsables de las agencias.
Por todo ello, las agencias hacen “un llamamiento al alto el fuego inmediato, que incluye el acceso sin obstáculos para que las personas necesitadas puedan acceder a la asistencia humanitaria”, añaden antes de asegurar “una resolución pacífica para poner fin a la guerra en Ucrania es posible”.
Fuente Ambito