En las cárceles están prohibidas las mascotas, pero a la de Aranjuez han llegado unas delicadas y especiales, mascotas verdes, como se denomina a las kokedamas. Son plantas artesanales que recrean una técnica tradicional japonesa. No crecen en un cuenco sino en una maceta orgánica, una bola de musgo a la que se mima a diario. Una veintena de presas han logrado crear un miniparaíso vegetal que sepulta el hormigón de los muros. La historia de estas kokedamas pasa por las internas, por Marta, la administradora, y por Belén, la mujer que cambió de trabajo y vida gracias a su cultivo, superó una depresión y ahora reparte enseñanzas y proyecta sueños de negocio entre sus pupilas. Es la única prisión de… Ver Más
Fuente ABC