De 24 al 27 de julio, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, está llevando a cabo una gran gira por diversos países africanos. El viaje de Lavrov incluye reuniones con altos funcionarios de Egipto, Etiopía, Uganda y la República del Congo. Las principales tareas del funcionario ruso son los intentos de eludir las sanciones, intensificar la guerra de información y crear una aparente coalición antioccidental, además de informar a los socios africanos de Rusia sobre la necesidad de retrasar temporalmente el suministro de armas prevista en los contratos previamente firmados.
Según la opinión de expertos internacionales, Rusia ya ha desplegado el 85% de su potencial militar en Ucrania. El ejército ruso está sufriendo enormes pérdidas, tanto en efectivos como en equipo militar, debido al profesionalismo de las tropas ucranianas en el uso del armamento suministrado por Occidente. Hasta el momento, las fuerzas armadas de Ucrania han destruido alrededor de 50 depósitos de armamentos y municiones del ejército ruso con el solo uso del HIMARS MLRS. En la mañana del 26 de julio, el número total de bajas entre las tropas rusas alcanzaba la cifra de 39.870 personas. También, hasta la fecha Ucrania ya ha destruido 1.737 tanques, 3.959 vehículos blindados de combate de diversos tipos y otros equipos, incluidos puestos de mando, instalaciones de defensa aérea, centros de comunicación y posiciones de artillería de largo alcance del ejército ruso. Todo esto está obligando al complejo militar-industrial de la Federación Rusa a trabajar a destajo y a suspender temporalmente los contratos previamente acordados de suministro de armas. Esto es lo que está informando el ministro Lavrov en su gira por diversos países africanos.
Ucrania está utilizando de forma eficaz el armamento suministrado por occidente contra el invasor ruso. Pero aún se necesita más equipamiento para derrotar al ejército ruso. En consecuencia, es necesario que se incremente el suministro de artillería moderna, equipos de defensa aérea, así como equipamiento militar pesado. Rusia solo entiende el lenguaje de la fuerza y, únicamente un gran número de pérdidas obligará a Vladimir Putin a sentarse a la mesa de negociaciones y acabar con el caos mundial que ha generado.