2. Azúcar
El consumo a largo plazo de azúcar puede causarnos una gran cantidad de problemas neurológicos y afectar a la memoria, reduciendo nuestra capacidad de aprender. Aquellas personas que consumieron entre el 17-21% de calorías en azúcar presentaban un alto riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con los que consumían alrededor del 8% de azúcar en sus calorías diarias.
3. Comida rápida
La comida rápida o fast food ha demostrado provocar cambios en la química de nuestro cerebro, provocando síntomas similares a la abstinencia, entre ellos ansiedad y depresión. La comida rápida también afecta la producción de dopamina, hormona que participa en la función cognitiva, concretamente en la capacidad de aprendizaje, la motivación y la memoria.
4. Alimentos procesados
Los alimentos procesados químicamente están repletos de altos niveles de azúcar, fructosa, sodio, aceites parcialmente hidrogenados (conocidos como grasas trans). Afectan al sistema nervioso central y elevan el riesgo de desarrollar un trastorno neurodegenerativo, como la enfermedad de Alzheimer.
5. Las grasas trans
Una alta ingesta de grasas trans (presentes las papas fritas, por ejemplo) está vinculado a la contracción del cerebro. Las dietas altas en grasas trans aumentan el beta-amiloide en el cerebro, que se asocia con la enfermedad de Alzheimer. Estas grasas ralentizan los reflejos y nuestra capacidad de respuesta cerebral y aumentan el riesgo de sufrir un derrame.
6. La cafeína
Si bien es cierto que la cafeína ayuda al cerebro a estar en estado de alerta, también aporta un lado negativo: 600 miligramos de cafeína al día pueden provocar dolores de cabeza, elevar la ansiedad y los trastornos relativos al sueño. Una ingesta exagerada de cafeína puede causar confusión, alucinaciones y, en última instancia, la muerte.
7. La fructosa
El sustituto del azúcar, la fructosa, el jarabe de maíz de alta fructosa, obstaculiza el funcionamiento de las células del cerebro y cómo estas almacenan la energía necesaria para procesar tanto el aprendizaje como los pensamientos. Este componente reduce así nuestra capacidad para capacidad aprender y para recordar información.
8. La sal
El exceso de sal afecta a tu inteligencia, ya que los alimentos salados tienen un eco negativo en nuestra salud cardíaca y nuestra presión arterial pero también en nuestro cerebro, ya que perjudican nuestra capacidad para pensar. Las dietas altas en sodio estaban asociadas a una mala salud vascular, lo que a su vez conduce a que la disminución cognitiva sea más rápida.
9. Edulcorantes artificiales
Los componentes presentes en los edulcorantes artificiales, si se toman durante mucho tiempo, pueden provocar daños cerebrales y problemas con la capacidad cognitiva. A pesar de que aportan muchas menos calorías que el azúcar, a largo plazo las consecuencias son mucho más negativas. Entre estos ingredientes artificiales se encuentran conservantes, colorantes o los que aportan sabor o textura. Ninguno de ellos le hace ningún bien a nuestro cuerpo y menos a nuestro cerebro.
10. Alimentos con glutamato monosódico
El glutamato monosódico, también conocido como GMS, es comercializado por la industria alimentaria como un potenciador del sabor, debido a que equilibra y resalta el matiz de otros sabores. Es muy popular en la cocina asiática pero sus componentes afectan a la química de nuestro cerebro a través de la sobreexcitación de sus células hasta el punto de daño cerebral.
Fuente Ambito