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Bon dia. Una cosa que tienen las crisis bancarias es su capacidad de mutar. Aparecen a miles de kilómetros de las formas más insospechadas. Pedro Solbes, disculpen el flashback, dijo hace 15 años, 4 meses y 16 días que la exposición de los bancos españoles a la crisis subprime era “insignificante” y que el impacto en la economía global y europea “probablemente será limitado”. Ahora es fácil reírse de esas declaraciones. Pero ahí se juntaron dos cosas. Una, los gobernantes y banqueros centrales nunca gritan fuego, aunque la casa esté ardiendo. Y dos, en ese momento, no sabíamos que no sabíamos (los unknown unknowns). Ayer Nadia Calviño y Bruno Le Maire hicieron lo que hacen los gobernantes: no gritan fuego. En 2008 resultó que unos estúpidos alemanes en Dusseldorf (Copyright de Michael Lewis) habían estado comprando, sin saberlo, deuda subprime como para una boda de la secta Moon. Hoy la tesis optimista es que Sabadell cayó ayer un 12%; Bankinter, BBVA y Unicaja, un 8%; o Santander un 7%, porque se recalibraron, a la baja, las expectativas de subidas de tipos. Puede ser, pero recuerden: por definición, no sabemos lo que no sabemos. Y menos en una crisis bancaria.
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Fuente El Confidencial