Buenos Aires- 13 de febrero de 2025-Total News Agency-TNA- El anuncio de la renuncia del cordobés Mirco Sibilla como presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) se conoció a través de un mensaje publicado por él mismo en su perfil de LinkedIn, donde expresó: “He decidido renunciar tras un año de gestión intensa, desafiante y profundamente enriquecedora”, según informo Edgardo Aguilera en Mdzol. Sibilla calificó su decisión como “personal, difícil y meditada”. Su salida, sin embargo, no fue sorpresiva, ya que venía gestándose desde hace un mes tras una conversación con el ministro de Defensa, Luis Petri, quien le pidió extender su permanencia hasta febrero. Según trascendió, en ese encuentro ambos discutieron abiertamente los problemas que aquejan a la empresa.
Uno de los principales obstáculos que enfrenta FAdeA es la falta de un contrato interadministrativo con la Fuerza Aérea Argentina para la provisión de tres aeronaves IA-63 Pampa III y la conversión de tres Pampa II al estándar Pampa III Bloque 2. Este acuerdo, valuado inicialmente en unos 40 millones de dólares, es crucial para garantizar el financiamiento del 35 % de los materiales necesarios para iniciar la producción. Sin embargo, el Ministerio de Defensa no logró asegurar los fondos requeridos, lo que dejó al proyecto en un estado de incertidumbre.
A esto se suma la falta de avances en el contrato para la fabricación de diez entrenadores IA-100B, aeronaves destinadas a la formación de pilotos militares. Este proyecto, que se desarrolla mediante una colaboración entre FAdeA y empresas de la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (CArAE), ha mostrado progresos significativos, como la construcción del fuselaje y la integración de las alas. El roll-out del prototipo está previsto para mayo de 2025. El IA-100B, diseñado como un entrenador militar biplaza construido con materiales compuestos bajo especificaciones FAR 23 Acrobático, representa un ejemplo exitoso de cooperación público-privada en el sector aeronáutico.
Estos contratos son vitales para mantener activa una planta estratégica que, además de su importancia industrial, representa un motor de desarrollo tecnológico y de conocimiento. Sin embargo, la visión estrictamente mercantilista suele considerar estos proyectos como improductivos si no generan ganancias inmediatas, ignorando su valor estratégico a largo plazo.
Otro problema que afecta a FAdeA es su deuda con proveedores locales, muchos de ellos pequeñas y medianas empresas altamente especializadas. Estas compañías, que han soportado largos periodos de espera por pagos, también están involucradas en proyectos como la modernización de los helicópteros AB-206 de la Aviación de Ejército, lo que agrava aún más la situación financiera.
En su mensaje de despedida, Sibilla expresó que “hoy FAdeA se encuentra en mejores condiciones competitivas que hace un tiempo atrás”. Según el exfuncionario, la empresa está preparada para operar a pleno ritmo en la producción del Pampa III y avanzar con el prototipo del IA-100B, siempre y cuando se liberen los fondos necesarios y se alcance un acuerdo entre el gobierno nacional y la provincia de Córdoba.
El futuro de FAdeA también está ligado a las negociaciones entre el gobierno nacional y el cordobés Martín Llaryora, quien busca trasladar la fábrica al ámbito provincial. Diego Chaher, secretario de Empresas y Sociedades del Estado, es el encargado de supervisar este proceso. Aunque FAdeA quedó fuera de la lista de privatizaciones propuestas por el gobierno libertario, Chaher estableció condiciones para el traspaso, incluyendo un canon de 180 millones de pesos más un 2 % de las ventas y servicios de la empresa. Por su parte, la provincia exige que las deudas sean saneadas, especialmente las previsionales, y que se aseguren los contratos con la Fuerza Aérea Argentina, principal cliente de la fábrica.
Una de las principales incógnitas es quién se hará cargo de los más de 2.100 millones de pesos necesarios para cubrir los salarios del personal durante el primer mes tras el traspaso. A pesar de las dificultades, Sibilla deja una certeza: el Pampa III sigue siendo una oportunidad viable para la exportación. Este modelo, diseñado para facilitar la transición de pilotos a aviones de cuarta y quinta generación, cuenta con tecnología avanzada como aviónica digital, simulación de radar, escenarios virtuales, enlace de datos y una planta motriz de bajo consumo. Además, incorpora componentes nacionales que han reemplazado piezas importadas, como el marco y actuador de la cúpula, el panel de alarmas, el regulador de oxígeno y el bastón de mando, entre otros.
Con estas características, el IA-63 Pampa III Bloque 2 se posiciona como una opción competitiva y de bajo costo para entrenamiento militar, capaz de cumplir misiones tácticas ligeras y de apoyo terrestre. Sin embargo, su futuro, al igual que el de FAdeA, depende de decisiones políticas y económicas que aún están en el aire.