Por Carlos Ruckauf
La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones lo obliga a competir con un sello propio.
Cristina Kirchner estará en las listas y él, no.
La oportunidad para La Libertad Avanza.
Axel Kicillof ha tomado la histórica decisión de fracturar el espacio que lo convirtió en gobernador y así desafiar a Cristina.
No será un camino sencillo.
CFK controla el PJ nacional y el de la Provincia de Buenos Aires a través de su hijo Máximo.
Ella está dispuesta a batallar como candidata a legisladora provincial en la estratégica tercera sección electoral.
Allí también armará las listas de concejales y de consejeros vecinales. Y todas llevarán el logo del PJ.
Kicillof se verá obligado a competir con un sello nuevo.
Y además, deberá gobernar hasta 2027 con una Legislatura hostil.
El entorno del gobernador habla de “su carisma y el cariño de la gente”. Pero Cristina Kirchner tiene muchos simpatizantes. Además ella estará en las listas y Kicillof, no.
¿Qué figura convocante tiene el gobernador para que los votantes elijan su boleta y no la del PJ encabezada por Cristina?
A La Libertad Avanza se le abre una oportunidad territorial impensada.
La mirada de la Casa Rosada estaba enfocada en ganar la elección nacional y poco más.
Ahora, Kicillof le da la oportunidad de competir contra un poderoso aparato, pero que se encuentra dividido.
El gobernador decide buscar una victoria sobre CFK en una elección abierta. Tal como ella hizo en el pasado, cuando fundó Unión Ciudadana.
Su objetivo es llegar a los comicios de 2027 como candidato despojado de tutelas.
Se arriesga no sólo a una derrota en 2025, sino también a que Cristina mantenga los controles del PJ y en las elecciones presidenciales apoye a otro candidato, soltándole la mano a “su hijo rebelde”.
La proyección nacional de Kicillof quedará también marcada, a favor o en contra, por el resultado electoral bonaerense. El próximo 7 de septiembre, una elección provincial a la que pocos suelen dedicarle atención se convertirá en una prueba de fuego para el justicialismo kirchnerista.
Fuente Clarín