Beijing, 23 de abril de 2025-Total News Agency-TNA- — En un desarrollo alarmante, investigadores chinos han llevado a cabo con éxito una prueba de campo controlada de una bomba de hidrógeno no nuclear, según reportes del South China Morning Post. Este nuevo explosivo, diseñado para generar una potencia de fuego sostenida, tiene como objetivo sembrar el miedo entre los defensores de Taiwán y debilitar su resistencia en un posible conflicto urbano.
Recientemente, se informó que esta bomba, con un peso de solo 2 kilos, fue capaz de crear una bola de fuego que alcanzó temperaturas superiores a los 1000 grados Celsius y mantuvo esta intensidad durante más de dos segundos. La explosión resultante superó en duración a las detonaciones convencionales de TNT, extendiéndose por un tiempo 15 veces mayor, todo sin el uso de material nuclear. El TNT, conocido por su uso en diversas aplicaciones militares e industriales, queda en segundo plano ante esta innovadora creación.
El dispositivo, desarrollado por el Instituto de Investigación 705 de la Corporación Estatal de Construcción Naval de China, utiliza hidruro de magnesio como su componente principal. Este material, que inicialmente se diseñó para aplicaciones energéticas fuera de la red eléctrica, se fragmenta durante la activación, liberando gas hidrógeno que se inflama, generando una combustión prolongada y devastadora.
Un estudio publicado en el Journal of Projectiles, Rockets, Missiles and Guidance destaca que las explosiones de gas hidrógeno requieren una energía de ignición mínima y pueden extenderse rápidamente, lo que permite un control preciso sobre la intensidad de la explosión. A diferencia de las explosiones de TNT, que producen una onda de choque breve pero intensa, la nueva bomba china crea una presión máxima menor, pero mantiene su bola de fuego durante un tiempo prolongado, causando daños térmicos significativos.
La producción de hidruro de magnesio ha avanzado notablemente con la apertura de una planta en la provincia de Shaanxi, capaz de generar 150 toneladas anuales, aunque se desconoce la ubicación exacta de las pruebas y las estrategias operativas asociadas.
Las características de esta bomba son comparables a las de un arma termobárica, que dispersa una nube de combustible que se inflama al contacto con el aire, generando una explosión devastadora, especialmente efectiva en entornos urbanos. La utilización de este tipo de armamento en conflictos, como ha demostrado Rusia en Ucrania, sugiere que China podría aplicar tácticas similares en Taiwán, buscando desmantelar la resistencia enemiga en espacios cerrados.
En un contexto de creciente tensión, el ejército chino ha realizado ejercicios militares en las últimas semanas, rodeando Taiwán con fuerzas navales, aéreas y terrestres, en lo que han descrito como una “severa advertencia” contra cualquier intento de independencia por parte de la isla. Sin embargo, los expertos advierten que, aunque las armas termobáricas pueden ser efectivas, también conllevan el riesgo de causar daños colaterales significativos. A pesar de ello, China asegura que su nueva bomba tiene una reacción controlable, lo que podría permitir ajustar su poder destructivo para minimizar estos riesgos.