Buenos Aires, 22 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA –El Gobierno argentino expresó públicamente su respaldo al bombardeo que Estados Unidos lanzó contra instalaciones nucleares en Irán, acción ejecutada por orden directa del presidente Donald Trump. La ofensiva, que sacudió las plantas de Fordow, Natanz e Isfahán, representa un nuevo punto de inflexión en el conflicto de Medio Oriente y pone en tensión al tablero diplomático internacional.
Desde Buenos Aires, el ministro de Defensa Luis Petri fue el primer funcionario nacional en celebrar la operación militar. “Garantizar la paz en el mundo es luchar, siempre y en todo lugar, contra el terrorismo y sus armas nucleares. Mañana el mundo despertará más libre y en paz. Fuimos víctimas del terror de Irán y lo pagamos con sangre de inocentes. Gracias, Presidente @JMilei. ¡Estamos del lado correcto de la historia! ¡Del lado de la Justicia!”, escribió en la red social X.
El mensaje fue rápidamente compartido por el presidente Javier Milei, así como por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien acompañó la publicación con una breve pero contundente frase: “Terrorismo nunca más. Fin”.
Hasta el momento, sin embargo, no se difundió ningún comunicado oficial desde la Oficina del Presidente ni desde la Cancillería Argentina. Tampoco Milei emitió un pronunciamiento propio, y su entorno aclaró que el mandatario utiliza sus reposteos en redes sociales como una forma de “dar visibilidad a lo que los medios ocultan”, aunque esto no implique una posición formal.
Un alineamiento sin ambigüedades
El respaldo argentino se inscribe dentro de un patrón creciente de alineamiento geopolítico con la Casa Blanca y el gobierno de Benjamin Netanyahu. Fuentes del oficialismo aseguran que la solidaridad con Israel y Estados Unidos es parte central de la doctrina exterior que impulsa el presidente Milei desde su asunción. Mientras tanto, ni Petri o la ministra de seguridad Nacional, Patricia Bullrich, informaron sobre medidas extras de seguridad ni alertando a la sociedad sobre posibles actos terroristas o a quien informar si vieran o escucharan algo que resultara sospechoso o fuera de lo común. Argentina es un claro objetivo posible de Irán. Ya lo fuimos dos veces y el alineamiento político actual lo potencia.
El Ejecutivo libertario considera que Irán mantiene una amenaza permanente contra la seguridad global y regional, y no duda en señalarlo como responsable de los atentados sufridos en la Embajada de Israel en 1992 y en la sede de la AMIA en 1994, que dejaron un saldo de 114 muertos. La Corte Suprema de Justicia argentina calificó recientemente ambos ataques como crímenes de lesa humanidad.
Expectativa por reacciones internas y externas
La decisión del Gobierno de pronunciarse, aunque sin una declaración institucional concreta, marca una diferencia con otros países de la región que llamaron a la moderación. A nivel local, el respaldo a la ofensiva podría tensionar aún más el escenario político interno, en especial en el Congreso, donde la vicepresidenta Victoria Villarruel enfrenta presiones para convocar sesiones extraordinarias impulsadas por bloques aliados al oficialismo.
A nivel internacional, se espera que la postura argentina sea leída con atención por los países miembros del Grupo de los 77 más China, donde Argentina conserva relaciones económicas activas, particularmente con naciones árabes.
Sin postura oficial de Cancillería
Fuentes diplomáticas confirmaron que, por el momento, no se prevé una declaración formal del Ministerio de Relaciones Exteriores. Tampoco hubo expresiones desde el cuerpo diplomático argentino acreditado en Medio Oriente.
La ofensiva estadounidense marca una nueva etapa en el conflicto con Irán y obliga a múltiples países a definir su postura. La Argentina de Milei lo ha hecho sin titubeos, optando por un alineamiento con las potencias occidentales y remarcando una posición histórica frente al terrorismo internacional. La ausencia de pronunciamientos formales, sin embargo, abre interrogantes sobre el impacto que esta definición estratégica tendrá en el plano diplomático global.