Aislados del mundo FIFA y con una liga particular de cuatro equipos, Dan Biggs hace malabares para ser competitivo. Una historia con viento en contra.
La pelota gira, como puede, tras un manto de neblina. Por una banda, clama el viento; por la otra, ruge el mar. Y así y todo, allá, en el Atlántico Sur, la bocha se empeña en dar vueltas más allá de un pasado siempre tirante, de campos todavía minados, de un fútbol que no termina de arrancar…
No se tratan, igualmente, estas líneas de un manifiesto sobre geopolítica ni de un ensayo acerca de reivindicaciones y tratados internacionales. Tampoco un escrito acerca de actos de justicia, de injusticia o de viles litros de sangre derramada. Parten simplemente de una curiosidad.
Desde este lado preguntaremos acerca de cómo es el football en las Islas Malvinas. Del otro wing, detrás de un chat, nos contestarán en clave Falklands Islands. Suena lógico, claro. Serán las reglas del juego.
Lejos de todo: de la FA Cup y de la Conmebol también
Por mera cercanía, alguno de sus cuatro clubes -que nacen y mueren por algunos meses y cada año a unos 470 kilómetros de la Costa Argentina- podrían ser parte del Torneo Regional Amateur, pasito previo al Federal A. Por presente, como le sucede a los franceses con sus competencias nacionales, podrían jugar la FA Cup como representantes de los territorios británicos de ultramar.
El certamen más antiguo del mundo, organizado por la Football Asociation nacida en 1863, reúne a elencos ingleses, galeses, así como también ha contado con escoceses e irlandeses. En los últimos años, incluso, en los escalones más pero más bajos, permitió la presencia del Guernsey FC de las Islas del Canal, el Isle of Man y el Jersey Island, de tierras homónimas.
Sin embargo, aún están vedados los representantes de la Falkland Islands Football League. Las Malvinas están a unos 12.800 km del Big Ben, del Támesis y del mítico estadio de Wembley, aunque con un poco de buena voluntad…
Más que un deporte, un juego lúdico entre militares
Hablar de fútbol en tanto deporte -competitivo- pecaría de exagerado en los orígenes isleños. Más bien podría entenderse como una actividad lúdica, como un divertimento entre militares. La cronología no falla en el diagnóstico.
Allá por 1892 aparecen registros de un juego entre las Fuerzas Armadas y un cuadro de voluntarios. Recién en 1913 se disputa un torneo (incompleto); en 1916, Stanley FC se convierte en el primer campeón confirmado; en la década del 40, el certamen llegó a tener siete equipos y, recién en 1947, se crea la Falkland Islands Football League, con cuatro elencos puramente locales.
Hay hitos que involucran a la Argentina ciertamente: en 1976, un combinado local llegó a derrotar (2-1) con récord de público en un cuadrangular amistoso a un grupo de trabajadores de YPF que viajaron ad hoc para instalar tanques de combustible en Puerto Argentino; mientras que, entre 1982 y 1986, no hubo fútbol por la Guerra y sus consecuencias.
Así se veía el fútbol en Malvinas hasta hace un puñado de años.
Todavía quedan señales estoicas en el suelo más querido, huellas de esas batallas desiguales. El óxido se comió todo menos el recuerdo todavía vivo: hay palas, latas de comida, cascos de bala, piezas de artillería argenta, indisimulable dolor. En Puerto Argentino se encuentra Darwin, el Argentine Cemetery, donde descansan los restos siempre presentes de 237 compatriotas.
Pero en la temporada 1986-87, a 88 kilómetros del campo santo, el football volvió con una Copa de 19 participantes por eliminación. Ah, el último vencedor de la liga local, fue JK Marine Redsox en la 2023-24 mientras que la liga actual quedó incompleta por el faltazo constante de jugadores…
Pagar para jugar en una cancha inclinada
“El nivel aquí en las Islas es probable que sea el equivalente al de los campeonatos de los domingos en el Reino Unido. A escala británica, los equipos serían parte de una sexta o séptima categoría. Acá, los jugadores se inscriben para jugar y pagan una suscripción de 30 libras por temporada. No hay profesionales y los menores de 16 años deben recibir además el permiso de sus padres y el OK del Comité Organizador”, le confió a Olé las intimidades organizativas del certamen el mismísimo Troyd Bowles, antiguo entrenador de la selección durante siete años.
Troyd Bowles premiado como mejor entrenador de 2024.
“La liga está patrocinada por la Stanley Service Ltd y los nombres de los equipos (Red Sox, Rangers, Mustangs y Hunters) son tradicionales, vienen desde mediados del Siglo XX, y se les asocia un sponsor…”, acotó quien hoy está a cargo del team femenino (revelación con la categoría juvenil), además de ser ganador del premio al mejor DT del año por el Falkland Islands National Sports Council, consejo que rige el deporte por aquellos pagos.
La fauna cruzando el campo de juego. Nada extraño…
El propio Bowles, fanático a la distancia del Liverpool y admirador del escocés Kenny Dalglish, trabajó en el diseño de las camisetas, que son fabricadas y confeccionadas en UK por la firma Hope and Glory Sportswear después del visto bueno de los mecenas que bancan a los equipos. La pilcha solo es para los players: no está a la venta.
Los cuatro clubes de la liga local y sus cuatro camisetas.
De hecho, ni se cobra entrada para ver los partidos. Incluso existe, alrededor de la cancha, la única cancha abierta de la zona, una suerte de estacionamiento desde donde pueden verse los juegos -desde noviembre a marzo- sin bajarse del auto.
A veces terraplén, a veces tribuna.
Hoy por hoy se disfruta el nuevo terreno sintético (el All-Weather Astro Pitch) inaugurado en 2023 en Stanley, con iluminación (en invierno, los días de sol natural duran poco y nada), y con dos plateítas para 100 espectadores cada una, a unos 700 metros del antiguo escenario de irregular césped natural, en East Falkland, a orillas del agua, con vista al puerto y con la Casa de Gobierno detrás de un arco. Ah, el campo de juego estaba ‘ligeramente inclinado’.
El nuevo estadio, con plateitas y cancha de césped sintético.
Un lujo bien al Sur.
“Ahora se nos hace más sencillo jugar porque el terreno es plano… El clima es complicado a veces, sobre todo por el viento. Por eso, intentamos jugar pelota al piso…”, asegura Troyd aunque, justamente, lo más dificultoso es llegar a 11 para jugar al aire libre.
Islas Malvinas – 5-8-2025
Así se juega al fútbol en las Islas Malvinas: en 2024, una selección local jugó contra un elenco de militares
(video Falkland Islands Television)
“Los equipos son una mezcla de jugadores. Se designan capitanes y cada uno va eligiendo a los suyos al comienzo de la temporada. Los Red Sox, el mejor XI de los últimos tiempos, tenía predominancia de veteranos, mayores de 40. Y si bien hay deportistas comodín, que pueden jugar para otro elenco si hace falta en caso de ausencias, a veces no llegaban a los 6 o 7”, comenta Bowles.
Cuando la liga de fútbol 11 terminaba en Malvinas y había trofeos y festejos.
Por eso, resulta más cómodo y exitoso organizar campeonatos bajo techo, 4-a-side que le dicen, con un arquero y tres jugadores de campo. Un fútbol 4 pero con arcos que son algo más chicos que los de handball pero algo más grandes que los de hockey sobre patines. Un fútbol 4 donde, a lo pádel, vale el rebote en las cuatro paredes del mini estadio. Habitualmente, se anotan los mismos atletas que participan en los partidos de 11. Los apellidos se repiten. Y el nivel de juego también.
Usan pecheras de colores sobre camisetas cualquiera. Los resultados se anuncian en el Facebook de la liga. Muchas veces, lejos en el tiempo. La info suele quedar ahí, puro consumo interno Con ese contexto, difícil pensar en una selección que pueda representar a los isleños. Sin embargo… Todo lo contrario. Claro que existe. Lo que le falta es competencia. Y continuidad. Pero en eso están…
Intentar hacer jueguito con una pelota cuadrada y con viento en contra…
No resulta simple conseguir en Malvinas conseguir deportistas 100% futbolistas. No resulta sencillo en las Islas conseguir deportistas 100% futbolistas y de selección.
Según el último censo, allá por 2021, existen unos 3540 pobladores (2850 en Stanley). Una tercera parte son isleños puros. Además aparecen en la lista 106 chilenos (después, a nivel latinoamericano, vienen los peruanos).
La pesca, el turismo y la explotación de petróleo generan la mayor parte del producto bruto interno. Ya no las ovejas, que eran gracia preponderante del paisaje. Hoy, en tanto fauna, se considera que existe un habitante cada 500 pingüinos. Así y todo, al equipo nacional se lo conoce como los Warrahs, una suerte de lobo, hoy extinto, que abundaba en la zona cuando se descubrió pero que fue exterminado por los cazadores para obtener su piel. Su historia es triste: no le temían a los humanos. Presa fácil.
Un postal pelota al piso.
Su camiseta suele combinar tres colores: el azul, el blanco y el rojo. Y desde los últimos diseños, un 255 aparece a la altura de la nuca: un homenaje a los ingleses muertos en combate en 1982.
Un no tan viejo modelo de camisetas de selección.
Se ha hecho todo lo posible por darle vuelo al fútbol durante los últimos años más allá del agua. En 1997, un combinado logró viajar a Chile para jugar una serie de tres amistosos con clubes locales. El primer partido que se considera realmente ‘de selección’ fue un 1-9 en 2001 ante la Isla de Man.
Son encuentros que no logran pasar de amistosos, de partidos internacionales clase B, porque solo naciones con reconocimiento independiente pueden solicitar la membresía a la FIFA. Las Malvinas en su versión Falklands no entran en ese planeta. Ni en Conmebol -por Argentina- ni en UEFA -por Inglaterra-. La ONU y sus mapas también aseguran que son ‘patrimonio de la Corona’.
Un combinado Sub 18 inglés en suelo malvinense.
Sin embargo, desde United Kingdom en 2018 apareció un plantel conformado por un selectivo de divisiones menores donde figuraba JJ Lacey, quien en 2024 recibiría el Balón de Oro de la FA Cup por ser, como delantero del Biggleswade Town FC, el máximo goleador de la Copa. En ese mismo año, quien tocó Stanley para dar una charla y ser parte de actividades deportivas fue Graham Potter, actual DT del West Ham. El coach hasta participó de un torneo infantil de penales…
Graham Potter, actual DT del West Ham, se dio una vuelta el año pasado.
Del dorado tiro con arco al flojo tiro al arco
El deporte malvinense tiene en estas horas a un héroe de otro palo. Ahora, sin pelota bajo la suela. En los últimos Island Games, una suerte de Juegos Olímpicos bianuales disputados durante julio en Ornkey por distintas islas a nivel mundial, quien se llevó los laureles fue un tal William Chater, Bill para los amigos, ganador de cuatro medallas en arquería (una dorada, dos plateadas y otra de bronce). Alguna vez compitió en atletismo. Y hasta 2015, este defensor categoría 1977, fue parte de la selección de fútbol.
William Chater, último ídolo del deporte malvinense y ex futbolista.
En este 2025, sin embargo, las Falklands decidieron no participar de su (casi) única salida y chance de competencia internacional a nivel futbolístico (sí lo hicieron en tiro con arco, se dijo, badminton, ciclismo, golf, bochas sobre césped y natación). Quedaron fuera por sorteo y después de un par de deserciones, a pesar de haber quedado en lista de espera, se bajaron por falta de preparación y competitividad. Y eso que bastan 12 meses de estadía en las Islas para considerarse oriundos.
Desde 1989, cuando el football interviene en esta competencia y, a pesar de un tercer puesto en la edición de 2013, los resultados han sido magros: apenas seis triunfos en 33 partidos. Y otra rareza: en cada victoria, la canción que suena es Song of the Falklands y no el himno del Reino Unido.
Fútbol en Malvinas.
Este año, debieron enterarse por las pantallas de FITV o por los parlantes de la radio oficial, que el título fue para la selección (en su versión Sub 23) de las caribeñas Islas Bermudas.
El furor del futbol femenino en Malvinas.
Un militar a cargo de la selección por un aviso clasificado
Dan Biggs es uno de los goleadores del torneo Indoor, ese fútbol 4 que reúne a diez equipos en una competencia llena de gol. Es la figura de Decor Services aunque también hace suplencias en el Fortuna Mustangs. Sin embargo, es mucho más que eso.
El deporte y el fitness corren por su sangre. Fue cinco años profesor de educación físico y fundador-dueño de Falkland Outdoors, un negocio de referencia en las Islas. Como jugador, fue parte de la selección durante casi 20 años y jugó en siete Island Games. Es más: es líder, como oficial, de las Fuerzas de Defensa de las Malvinas.
Dan Biggs en su presentación como DT de las Islas.
Así y todo, tapado de laburo, el 30 de enero leyó en las redes sociales el aviso donde buscaban DT y el 15 de marzo fue confirmado como nuevo entrenador de la selección masculina.
“Es muy difícil trabajar y entrenar porque hay que priorizar el trabajo. Las prácticas son voluntarias y sin remuneración. Pero hay que dedicarle todo el tiempo y el amor posible al fútbol porque cualquiera de nosotros quiere ganar…”, asegura Bowles, su antecesor, por Whatsapp. Y el propio Biggs, en diálogo con Olé vía chat de Facebook, confirmó los dichos.
De gira por el sur de Chile.
Costó sacarle palabra. Ni el Penguin News -único semanario editado en las Malvinas- ni la BBC, por citar un par de medios influyentes, supieron reportearlo en su nuevo rol. Y encima el nuevo contacto apareció desde la Argentina… Más allá de todo, la insistencia y el respeto pudieron con la barreras del idioma y de la historia. Se habló de fútbol, claro. Pero una cosa fue llevando a la otra. ¿Qué hay detrás de Biggs?
-¿Cuál es la materia prima disponible para dirigir al principal equipo de las Islas, Dan?
-Tenemos un par de jugadores que han desarrollado buen nivel fuera de las Islas. ¡Hay futbolistas de todas partes, una verdadera mezcla de nacionalidades! Pero no tenemos un plantel lo suficientemente grande como para tener cuatro equipos realmente fuertes que puedan competir en la liga local. Los cuadros se seleccionan cada año y los criterios cambian para garantizar el interés del torneo.
-¿Cómo podés dirigir una selección con tanta escasez de jugadores?
-Es un reto emocionante nutrir a los jugadores que tenemos par crear un espíritu de equipo que les permita representar a las Islas con orgullo. De hecho, decidimos no aceptar la invitación para los Island Games que se disputaron en Orkney, en las cercanías de Escocia, porque no teníamos la preparación suficiente.
-¿En qué nivel se encuentra el fútbol local? ¿Puede llegar a ser competitivo?
-Contamos con jóvenes de mucho talento y el futuro se presenta prometedor. El clima y el tiempo son rivales. Este año ha sido un reto, con algunas interrupciones en la liga al aire libre. Ahora contamos con excelentes instalaciones que animará a más equipos a jugar.
-Usted incluso ha jugado en la liga y en la Selección. De hecho, participa en el torneo de Fútbol 4…
-He sido parte muchas veces para los equipos de la liga. Lo hice desde muy joven e incluso participé de nuestra selección. Hoy tengo 41 años. Y todavía juego.
-¿Y tiene su costado de hincha?
-Soy hincha del Manchester United porque, cuando era niño en las Islas, sólo teníamos un canal de TV: British Forces Television. Y el fútbol era uno de los programas británicos más populares y daban un partido semanal. Casi siempre era el United. Así que mis hermanos y yo nos hicimos fanáticos.
-Y como viejo amante del fútbol, ¿cuáles han sido tus jugadores preferidos?
-Es una pregunta demasiado amplia. Para mí, uno de los mejores fue Ronaldo Luís Nazário de Lima. Un gran goleador. Sin embargo, creo que quizás el mejor jugador a nivel general, uno que controlaba el juego como en segundo plano, fue el italiano Andrea Pirlo. Igualmente, siempre pienso el fútbol como un juego de equipo.
-¿Cuál sería tu sueño como DT de la selección?
–Representar a las Falklands en el extranjero, con un nivel del que podamos estar orgullosos y con una fuerte cohesión de equipo gracias a nuestra comunidad. Ahora estamos considerando jugar provisionalmente en Sudamérica durante el 2026 y los Island Games del 2027 en Islas Faroe. No aspiramos a la Copa América ya que somos una población muy pequeña. Tampoco nos preocupan las complicaciones políticas que surgirían al jugar contra Argentina o sus clubes. Simplemente, queremos mejorar nuestro nivel futbolístico y representar a las Islas en el extranjero. Creo que, con gusto, nos encontraremos en una competencia sólida y adecuada con algunos equipos del sur de Chile.
-Dijiste que te gustaría competir en Sudamérica. ¿Dónde? ¿Un amistoso o una competición oficial?
-Cualquier lado estaría bien. Simplemente agradecemos la chance de jugar contra otros y representar a las Islas.
-Entonces, un partido contra Argentina no pero… ¿Te gustaría, como pares, entre dos entrenadores de selecciones nacionales, tomar un café con Lionel Scaloni? O una cerveza…
–Scaloni ha dejado muy buenos recuerdos en el West Ham, por ejemplo. Jugar al fútbol en la Argentina, aunque sea frustrante, llegaría a ser en última instancia algo político. Y hasta que Argentina no ceda en su agresiva reivindicación de nuestra patria, no veo que esta situación cambie. Sin embargo, esto no me impide apreciar a sus grandes jugadores y a sus grandes entrenadores.
Fuente OLE