“Si me sale esta, me lanzo en abril”: la confesión de Sergio Massa a un sindicalista por las paritarias
Por Elizabeth Peger
El ministro confirmó a los gremialistas que trabaja por su candidatura presidencial. Y les pidió apoyo para que los aumentos salariales no superen el 60% este año.
“Acompañame con esto que en abril me lanzo”. El pedido fue transmitido por Sergio Massa a cada uno de los gremialistas con los que conversó en los últimos días para acordar un tope de 60% en la pauta para los aumentos salariales de este año. Un recurso que se ha repetido año tras año desde el Gobierno en el objetivo de ofrecer cierta previsibilidad a la ronda de paritarias y con ello anclar las expectativas sobre precios y salarios.
Sin embargo, el mensaje fue más allá del terreno económico: Massa condicionó al éxito de esa estrategia su decisión de lanzarse a la aventura presidencial de cara a los próximos comicios. Y la elección de su interlocutor no es casual: los principales referentes de la CGT, a excepción por ahora del moyanismo, ya anticiparon su intención de alinearse con el proyecto electoral del ministro de Economía.
El funcionario sigue negando en público su ambición presidencial y esquiva estratégicamente cualquier definición compleja en la escena política. Optó por un previsible silencio tras el pedido de juicio político a la Corte Suprema formulado por el presidente Alberto Fernández y tomó prudente distancia de la ofensiva desplegada por el kirchnerismo contra toda la justicia. Mantiene el diálogo aceitado con Cristina y Máximo Kirchner, y hace equilibrio en medio de la furiosa interna que divide al oficialismo, pero evita quedar salpicado por el barro K.
Su plan supone concentrar su discurso exclusivamente en la agenda económica en la apuesta de empezar a construir desde ese trampolín (si es que logra ofrecer algunas señales de estabilización en el corto y mediano plazo) las chances de una candidatura. Sabe que sin datos concretos que evidencien cierta mejoría en terrenos tan sensibles como la política de precios e ingresos y la contención del dólar, no hay sueño presidencial que valga.
En la conducción de la CGT observan lo mismo. Ya desde hace un tiempo que descartaron de plano la posibilidad de una candidatura de Cristina y se enrolaron con la alternativa que representa el ministro de Economía. Por eso se entiende que buena parte de los principales gremialistas de la central haya cedido al propósito de encauzar las paritarias en el tope planteado por Massa cuando aún es está por verse el resultado de su gestión para desacelerar en serio la inflación.
“Es un esfuerzo político”, se sinceró ante Clarín uno de los dirigentes que aceptó avanzar en su paritaria con un aumento anual de 60%. La posibilidad de la revisión, si la variable precios se descontrola, está garantizada.
La opción electoral por Massa, al que definen como el candidato del “peronismo normal”, forma parte de la ingeniería política que pusieron en marcha desde octubre los sectores que controlan la conducción cegetista, como los “gordos” (grandes gremios de servicios), el grupo de “independientes” (Andrés Rodríguez de UPCN, Gerardo Martínez de UOCRA y José Luis Lingeri de Obras Sanitarias) y el frente sindical que responde a Luis Barrionuevo, para hacer pie en el armado de las listas del oficialismo e intentar colar allí postulantes propios.
En paralelo activaron negociaciones con otros espacios de poder dentro del Frente de Todos para articular un proyecto de integración orgánica destinado a transitar el escenario electoral.
En ese objetivo a fines de diciembre se reunieron con un grupo de intendentes del PJ (horas antes del acto que Cristina encabezó en Avellaneda) y acordaron avanzar en una estrategia conjunta de cara a la pulseada nacional y en el territorio bonaerense. Esas conversaciones continuarán en las próximas semanas, prometen desde una y otra vereda.
Previamente hubo un acercamiento sindical con los movimientos sociales aliados al oficialismo, que también amaga con replicarse en febrero, y una cumbre con los gobernadores peronistas que estuvo lejos de atender sus expectativas. Más bien todo lo contrario. En la CGT algunos hasta hablan de “gran desilusión”, mientras los más diplomáticos reprochan que los mandatarios peronistas no tengan mayor ambición que la de “cuidar su propia quintita”.
Fuente Clarin