Por Antonio D Eramo
Voceros del kirchnerismo y de gremios aeronáuticos buscaron confundir el caso investigado por la PSA y que mantiene latente el juez federal Julián Ercolini con una investigación anterior que perjudicó a la desaparecida Austral. Las pruebas que demuestran lo contrario.
A pesar de que los textos periodísticos fueron claros a propósito del modus operandi que se habría realizado para cometer fraude laboral en Aerolíneas Argentinas a partir del año 2019, desde la gestión del ex director de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, pasando por dirigentes y militantes kirchneristas y hasta anónimos en redes sociales se preocuparon por confundir y mezclar con comentarios en redes sociales.
En la actualidad hay una causa que está radicada en el juzgado federal de Julián Ercolini y que, salvo por los dedos de goma, nada tiene que ver con un caso anterior que perjudicó a la empresa Austral y que terminó con seis empleados despedidos con causa por utilizar dedos de goma para fichar, no ir a trabajar y cobrar jugosos sueldos estatales a comienzos de cada mes.
La presunción de que ese ingenioso sistema para evadir el sistema biométrico de identificación para marcar el presentismo continuó en Aerolíneas Argentinas durante la administración de Alberto Fernández es muy fuerte según se desprende de algunas fotografías que constan en el expediente y que se publican en exclusiva.
Se trata de la instrucción de la causa Nª 3072, caratulada NN sobre averiguación de delito que pertenece a la secretaría Nª 20 de Fernando Pascual del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 10 de Julián Ercolini.
Según documentación firmada por el entonces subinspector, Mariano Stábile Villanustre de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que, tanto a mediados de 2019 como ahora conduce políticamente Patricia Bullrich, se le había pedido al juez la posibilidad de allanar los módulos de los técnicos mecánicos de línea de la Empresa Aerocomercial Aerolíneas Argentinas con asiento en el aeropuerto internacional, Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires.
Revuelo en la compañía
El hecho causó revuelo hacia el interior de la empresa Aerolíneas Argentinas teniendo en cuenta que muchos de sus directores actuales cumplieron funciones durante la gestión anterior de Pablo Ceriani.
De hecho, la oficina de legales de la compañía aeronáutica no tomó conocimiento de esta causa porque el expediente está a punto de moverse con nuevos testimonios de trabajadores de la empresa que comenzarán a prestar declaración la próxima semana y aún no fue notificada. Obviamente, la empresa monitorea en la actualidad también con cámaras de seguridad la entrada y el egreso del personal y quien ficha en el sistema biométrico.
El objetivo de las nuevas declaraciones es activar una investigación paralizada y que, además, tiene la declaración de un testigo de identidad reservada que trabaja en una delegación del interior del país.
Sea como fuere, la realidad indica que la investigación en el aeroparque metropolitano realizada por autoridades de la PSA, habría arrojado resultados contundentes.
Modus operandi
“Serpicos”, como se conoce a los investigadores que trabajan de manera encubierta y suelen ser efectivos altamente capacitados dentro de las filas policiales, recolectaron pruebas fotográficas durante meses para demostrar las actividades de los empleados infieles y deslindar aquellos que cumplen de los que no lo hacían correctamente.
En los últimos días surgieron más revelaciones acerca de la mecánica, descubierta en el caso de Austral informado en el año 2019 cuando Guillermo Dietrich era ministro de transporte nacional, y actualizado en la investigación de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas.
Los investigadores de la PSA habían concluido que el ingenio argentino no conoce de límites “…Los dedos de goma se producían con un dispositivo de silicona. El dispositivo de huellas de silicona estaría compuesto por diferentes materiales de goma o plásticos como el silastique, que es un sellador de goma de uso aeronáutico similar al fastix, los cuales estarían ocultos en diversos lugares del sector denominado vestuario, como ser dentro de cofres de resguardo de pertenencias personales generalmente ocultos en desodorantes, calzados, protectores auditivos, pomadas de zapatos, bolsillos de diferentes vestimentas, recipientes varios de higiene como shampoo, jabón líquido, crema de afeitar, etc., detrás de fotos adosadas a dichos lockers o bien en sus divisiones y pliegues o percheros internos, ductos de ventilación dentro del referido sector, como así también en el interior de cajones de ciertos escritorios y armarios empotrados en las paredes de las oficinas de la jefatura y coordinación, como así también en el nombrado pañol de herramientas, en cuya sección también se hallan cofres disponibles para el resguardo de pertenencias personales”.
Para avanzar con la recolección de pruebas las autoridades de la PSA le solicitaron al juez permiso para abrir los lockers pero esa autorización nunca llegó. Y, el cambio de Gobierno dejo a la causa sin movimientos.
Es por ello que en Aeroparque y en oficinas gubernamentales de la actual administración libertaria, se afirmó en off the record que se “…podría haber descubierto a más miembros de la estafa si el juez federal, Julián Ercolini, hubiera aceptado las sugerencias del subinspector Mariano Stábile de la Policía Aeroportuaria que en ese entonces dependía políticamente, de la actual ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, para profundizar la investigación”.
Los alcances monetarios y financieros de esta investigación para la correcta administración de la empresa aeronáutica no es menor.
La inflación pasada desvirtúa los cálculos reales, pero bastará para considerar que los trabajadores de la línea Aeroparque de Aerolíneas Argentinas cobran un salario de promedio 1,5 millón de pesos. Sobre 200 trabajadores se trata de una masa salarial de 300 millones de pesos.
La sospecha que existe entre funcionarios de la Casa Rosada indica que “el fraude laboral podría haber excedido a la línea de mantenimiento y, a pesar de la causa abierta, podría haber continuado durante toda la gestión del gobierno de Alberto Fernández donde los gremios condujeron como quisieron a la compañía”.
Fuente NA