– ¿Cómo sería su acuerdo ideal con Mauricio Macri?
– Que vayamos juntos y arrasemos al kirchnerismo en las próximas elecciones.
En esa respuesta al periodista Luis Majul, el presidente Javier Milei terminó por abrir una puerta para que Mauricio Macri -titular del PRO a nivel nacional- dijera si la oferta era correspondida o no.
Lo terminó siendo. “Estoy seguro de que este año que comienza podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones”, tuiteó al día siguiente el expresidente, quien le propuso armar una mesa conjunta en la que su partido pondría a Cristian Ritondo, Ana Clara Romero, Silvia Lospennato, Hernán Lacunza y Soledad Martínez.
Qué quieren los libertarios a partir de la propuesta de Macri
La pregunta es qué se puede debatir y consensuar en esa mesa si es que LLA decide llevar a sus integrantes. El acto reflejo de los asesores de Milei fue decir que no escucharán ni debatirán ningún tipo de cuestión hasta mayo. Propuesta rechazada por el momento.
En la Casa Rosada afirman que solo están dispuestos a conversar una sola cuestión: los lugares en las listas, para asegurarle al PRO la renovación de sus diputados que estén alineados con LLA.
A modo de ejemplo: en Córdoba renuevan cuatro diputados del PRO; de ellos, sí podrían pactar que Ana Clara Romero, alfil de Macri en la provincia, esté en una eventual lista. No sucedería, en cambio, con Héctor Baldassi, quien se mueve en tándem con el larretismo.
Sería una garantía de supervivencia mínima para el espacio macrista. Una cuestión a debatir que no se trasladaría al plano de las ideas. “Nosotros no tenemos nada que escuchar de su agenda”, repiten cerca de Santiago Caputo, en donde explican que la convocatoria de Milei al PRO no sería a costa de relegar las banderas libertarias.
En simples términos, los dos líderes partidarios se muestran favorables a una alianza electoral, pero faltan los términos y condiciones de la misma. El expresidente busca venderse caro y no dejar atrás su agenda judicial e institucional que no atrae en absoluto a los alfiles libertarios.
“Quien controla la pregunta central de la elección es quien tiene más chances de ganar”, explica un alto colaborador del Presidente para justificar que los comicios de este año son solo un plebiscito de la gestión libertaria y que los aliados “no tienen nada para ofrecer de distinto” para nutrir el relato oficial. “¿Quiere validar el sendero marcado por Milei o volver al modelo anterior? Por sí o por no”.
Si lo que se pone en juego es la gestión, la última medición que llegó a la Residencia Presidencial de Olivos le da a esta variable una marca de 58 puntos (entre respuestas de “muy buena” y “buena”), la mayor imagen de lo que va de mandato. Se trata de un informe de la consultora Aresco, la favorita de la Casa Rosada.
Para sostenerla, afirman que deben seguir con el sendero bajista de la inflación, con mayores medidas de combate contra la inseguridad y con la monopolización de la agenda mediática a través de anuncios que salen desde la Vocería Presidencial, los ministerios o del aparato libertario en redes.
Por eso fue que decidieron acelerar con el llamado a sesiones extraordinarias, aún sin haber hablado con jefes de bloque opositores y aliados de ambas cámaras del Congreso. “Se nos acabó de paciencia”, dijo una fuente inobjetable a El Cronista. Con las fiestas y las vacaciones de muchos funcionarios del Gabinete, el panorama venía demasiado calmo para el ritmo frenético al que varios libertarios están acostumbrados.
Así está garantizado hasta el fin de febrero que la agenda esté atravesada por la discusión parlamentaria de diversos temas: desde las tres leyes vinculadas a la Seguridad impulsadas por Patricia Bullrich (Antimafia, Reiterancia y Juicio en Ausencia) hasta otras más relevantes para el oficialismo: los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla y la eliminación de las PASO.
El rol decisivo que juegan las elecciones porteñas
Desde varios sectores políticos ya dan por descartado que las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias no tendrían lugar en el calendario electoral de 2025, lo que demoraría por unos meses la discusión para la formación de alianzas electorales.
Es lo diametralmente opuesto a lo que se decidió en la Ciudad, en donde se desdoblaron las elecciones porteñas (a legisladores) de las nacionales (a diputados y senadores). Jorge Macri enviará un proyecto de ley para suspender las PASO capitalinas, lo que será tratado en las sesiones extraordinarias en la Legislatura porteña.
Hasta el momento, las PASO están previstas para el 27 de abril y las Generales el 6 de julio. Al tratamiento legislativo porteño se le puede sumar un adelantamiento de esta última instancia para mayo o junio, a los fines de escindir la discusión de la Ciudad con la nacional.
“Acá ya estamos en campaña”, avisan en Uspallata, en donde creen que pueden competirle con más ventaja a los libertarios si la discusión solo se enfoca en la agenda porteña. Para poder sancionar su reforma electoral, el macrismo precisa 40 de las 60 bancas y, en términos prácticos, en las últimas semanas el oficialismo ha tenido más diálogo con distintas terminales de Unión por la Patria y el sector de Ramiro Marra que desde el bloque libertario de Pilar Ramírez, legisladora que responde a Karina Milei.
El partido porteño hizo una jugada osada: en cierta manera plebiscitará esa gestión antes de comenzar la rosca por los puestos en las listas a nivel nacional. Si el PRO pierde con LLA en su casa matriz, llegará debilitado para la eventual mesa propuesta por Macri. Caso contrario, estará algo más fortalecido.
Todavía no se hablan de candidaturas y menos en las elecciones para legislador. Aunque fue el mismo Jorge Macri quien en un acto partidario hecho el jueves en Villa Pueyrredón dejó como posibilidad una eventual candidatura de su primo Mauricio (aunque sin aclarar donde).
La Casa Rosada miró con atención esa declaración. Ahí es donde se bifurcan los criterios. El Presidente tiene un vínculo con Macri que está atravesado hasta por un respeto político y afectivo (“ambos atravesaron historias similares con sus padres”, dijo un funcionario que lo conoce muy bien esta semana) y podría no ver con malos ojos su postulación en ese rol siempre y cuando se subsuma a un rol de oficialista total.
Esto no sucede para el cálculo político y estratégico que hace Santiago Caputo, quien ve que una eventual candidatura a senador de Macri limitaría el caudal de votos libertario. “Podemos poner a Juan Pérez y construir su imagen teniendo a La Libertad Avanza como marca. Eso es más fácil que llevar a alguien con una imagen negativa alta, eso te limita”, justifican el razonamiento.
Fuente El Cronista