Los talibanes entraron en Farah tras haber combatido brevemente a las fuerzas de seguridad. Tomaron la oficina del gobernador y el cuartel general de la policía. Las fuerzas de seguridad se retiraron a una base militar.
Los talibanes tomaron el control de la ciudad Farah, en el oeste de Afganistán, en lo que es la séptima capital provincial que capturan en menos de una semana, mientras Estados Unidos activa su diplomacia y busca formular una respuesta internacional conjunta.
“Este martes, los talibanes entraron en Farah tras haber combatido brevemente a las fuerzas de seguridad. Tomaron la oficina del gobernador y el cuartel general de la policía. Las fuerzas de seguridad se retiraron a una base militar“, declaró Shahla Abubar, integrante del consejo provincial, citado por la agencia de noticias AFP.
Hasta el momento, la milicia islamista avanza a un ritmo frenético y domina cinco de las nueve capitales provinciales del norte (Sibargan, Sar-e-Pul, Aybak, Kunduz y Toloqan), mientras que en el sur ya controlan Zaranj, la séptima de las 34 capitales provinciales afganas en sus manos.
El domingo, en pocas horas tomaron control de Kunduz, un punto estratégico entre Kabul y Tayikistán.
Ahora, el punto de mira está Mazar-i-Sharif, cuya periferia ya atacaron la noche del lunes, además de lanzar ofensivas en otras dos capitales del norte, Pul-e-Khomri y Faizabad, en las que fueron repelidos, indicó el ministerio de Defensa.
Mientras se suceden combates intensos a norte y sur, con ciudades como Kandahar y Lashkar Gah asediadas desde hace días, un enviado de “paz” de Estados Unidos viajó a Medio Oriente para advertir a los talibanes y entregar un mensaje contundente: un Gobierno talibán que llegue al poder por la fuerza en Afganistán no será reconocido.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Zalmay Khalilzad, ya se encontraba en Doha, Qatar, donde los talibanes mantienen una oficina política, para “ayudar a formular una respuesta internacional conjunta al rápido deterioro de la situación en Afganistán”.
Doha recibe a representantes de Estados Unidos, Qatar, China, Reino Unido, Pakistán, Uzbekistán, Naciones Unidas y la Unión Europea.
La ciudad qatarí acoge desde septiembre conversaciones entre el Gobierno afgano y los talibanes acordadas en el acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 entre los insurgentes y Estados Unidos, que preveía la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán.
Aprovechando la salida de las tropas estadounidenses, los talibanes lanzaron desde mayo una fuerte ofensiva con la que se hicieron primero con vastas zonas rurales, y ahora apuntan a las ciudades.
Aunque las esperanzas son escasas, Zalmay Khalilzad “exhortará a los talibanes a que cesen su ofensiva militar y negocien un acuerdo político”, dijo el departamento de Estado anoche.
Retirada estadounidense
La retirada de las fuerzas internacionales fue decidida por el presidente estadounidense Donald Trump. Su sucesor Joe Biden retrasó la salida unos meses pero las fuerzas estadounidenses y extranjeras habrán completado su retirada a finales de agosto.
El Gobierno de Biden dejó claro en las últimas semanas que la línea no cambiará: mantendrá su “apoyo” a Kabul, pero son los afganos los que deben decidir su destino.
“Se trata de defender a su país. Es su combate”, dijo el portavoz del Pentágono John Kirby.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que, en el marco de la ofensiva talibán, fueron atendidos más de 4.000 heridos de guerra (entre ellos civiles y combatientes) en la última semana, “una muestra de la intensidad de la violencia”, afirmó la portavoz de la organización en Afganistán, Roya Musawi.
La portavoz remarcó que solo en julio atendieron a casi 13.000 pacientes por lesiones relacionadas con el conflicto en todo el país, y es probable que este número aumente este mes a medida que se intensifican los combates en áreas densamente pobladas.
Fuente Telam