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IsraelLa vice casi no aplaudió y estuvo seria durante todo el discurso. Saludos y el minuto de silencio.
Pocos aplausos, risas irónicas contra la oposición y un pedido a Alberto Fernández para que pida “un minuto de silencio” que se coló por uno de los micrófonos del recinto. Así vivió la vicepresidenta Cristina Kirchner la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso durante el discurso del Presidente.
Vestida de blanco, recibió en las escalinatas del Congreso -antes de que arrancara su discurso- a Fernández. Estaba junto al presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa y le estrechó ambas manos al Presidente. Durante ese recorrido se mostró sonriente.
Ya en el recinto la vice casi no aplaudió al largo discurso presidencial. Se mostró seria y apenas cruzó unas palabras con Fernández antes de que pidiera un minuto de silencio por las víctimas del Covid y la guerra entre Rusia y Ucrania. Por uno de los micrófonos se escuchó que Cristina le decía: “Dale, pedí ahora el minuto de silencio”. El Presidente apuró el último trago de un vaso de agua y lo solicitó.
Durante el homenaje, la vice sonrió y se acomodó el pelo. Antes había tenido un cruce con el diputado de la UCR Mario Negri quien le había pedido un minuto de silencio por Ucrania y ella lo ignoró.
Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, presentes en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Hubo un minuto de silencio por Ucrania.
La vice, que estuvo con las manos cruzadas gran parte del discurso y apenas atinó a acomodarse el pelo, solo esbozó una sonrisa cuando los diputados del PRO abandonaron el recinto tras las críticas presidenciales por la deuda que tomó Mauricio Macri con el FMI en 2018. Gesticuló cuando el Presidente dijo que el endeudamiento de Macri era “impagable”.
En ese momento, el director de cámaras de la transmisión oficial enfocó a Cristina que además de mostrar una sonrisa aprovechó para acomodarse el pelo.
Antes del arranque, ya en el recinto, aplaudió cuando la locutora oficial la presentó ante los legisladores y fue su momento de mayor euforia.
Fuente Clarin
