«Puedo confirmar que Estados Unidos pretende buscar una extensión de cinco años del Nuevo START, como permite el tratado», ha dicho la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien ha resaltado que Biden «ha dejado claro desde hace mucho que el tratado va en interés de la seguridad nacional» del país.
«Esta extensión tiene incluso más sentido cuando la relación con Rusia es adversa, como es en este momento», ha señalado, al tiempo que ha recalcado que el tratado «es el único que queda que constriñe las fuerzas nucleares rusas», por lo que supone «un ancla de estabilidad estratégica entre ambos países».
Asimismo, Psaki ha destacado que «incluso si se trabaja con Rusia para hacer avanzar los intereses estadounidenses, también se trabaja para que Rusia rinda cuentas por sus acciones imprudentes».
En este sentido, ha recalcado que Biden dará orden a la comunidad de Inteligencia para «un análisis total de la violación informática SolarWinds, la interferencia rusa en las elecciones de 2020, su uso de armas químicas contra el líder opositor Alexei Navalni y las supuestas recompensas por soldados estadounidenses en Afganistán».
Gesto aplaudido en Moscú
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha aplaudido la «voluntad política» expresada por Washington para una prórroga del tratado. Sin embargo, ha indicado que «todo depende de los detalles de esta propuesta, que aún no se pueden comentar porque no han sido estudiados», según ha recogido la agencia rusa de noticias Sputnik.
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, subrayó el 18 de enero que Moscú esperaba «propuestas concretas» por parte de Biden una vez asumiera el cargo de cara a una prórroga del Nuevo START, que expira el 5 de febrero.
El propio Lavrov destacó en octubre de 2020 que Moscú está dispuesto a comprometerse con Estados Unidos a congelar el número de ojivas nucleares en el marco de la prórroga durante un año del tratado, si bien agregó que ello no implica incluir condiciones adicionales para la renovación del Nuevo START.
El START fue firmado en 1991 por los entonces líderes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, George H.W. Bush y Mijail Gorbachov. En abril de 2010, el acuerdo fue reemplazado por el tratado Nuevo START, firmado por los entonces mandatarios de Estados Unidos y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvedev.
La versión actual del tratado Nuevo START, que entró en vigor el 5 de febrero de 2011 y que expira en febrero de 2021, establece una serie de limitaciones para Rusia y Estados Unidos en el despliegue de armas estratégica ofensivas.