EL CALAFATE.- Una propiedad volverá a reunir a los apellidos Báez y Kirchner en una subasta: se trata del terreno de 87.046 metros cuadrados que por lo menos, hasta marzo de 2018, compartieron el empresario Lázaro Báez con el diputado Máximo Kirchner y su hermana Florencia sobre la margen sur del Lago Argentino. Hasta allí llegó la delegación de martilleros y auxiliares de justicia para evaluar el predio y avanzar en la subasta del 50% que le corresponde a Báez, en el marco del expediente judicial que tramita la quiebra de Austral Construcciones.
El terreno, ubicado en Punta Soberana, a 10 kilómetros del centro de El Calafate, cuenta con una imponente vista a la cordillera y al Lago Argentino. Según constató este domingo LA NACION, no hay ninguna construcción sobre el predio pese a que pasaron 15 años desde que la vicepresidenta Cristina Kirchner adquiriera estas tierras fiscales. Durante la recorrida de este diario, apenas un puma somnoliento caminaba entre arbustos, escapando de las cámaras.
El predio forma parte de un incidente del expediente de la quiebra de Austral Construcciones que está a cargo de la jueza en lo comercial María José Gigy Traynor, que irá a subasta. En diciembre pasado, la magistrada urgió a los síndicos a que constaten el estado de las estancias que pertenecen a la quiebra de Austral Construcciones, para avanzar en los remates de los activos del empresario, y poder pagarle a sus acreedores, incluido el Estado nacional.
Si bien la decisión de la jueza apuntaba a que el operativo se realizara en la primera semana de febrero, finalmente se terminó concretando en marzo. Viajaron hasta aquí tres martilleros, un ingeniero agrónomo y un abogado de Río Gallegos, asignados por la sindicatura liquidadora (conformada por el Estudio Stupnik-Stupnik-Varnavoglou), quienes recorrieron las estancias Río Bote, Cruz Aike, Campamento, La Porteña y Laguna del Asador, a la que se sumó el condominio de casi nueve hectáreas que se encuentra en las afueras de El Calafate.
El objetivo es inventariar las propiedades, determinar lo que hay en cada lugar; el estado en que se encuentra la tierra y su nivel de productividad; si está o no en pastoreo; el nivel de obras de infraestructura –galpones de esquila, cascos de estancia, circuito de caminos internos–, y la constatación de pozos petrolíferos o gasíferos.
Según consta en el expediente, las estancias están más cerca de conseguir la resolución de subasta que el condominio de nueve hectáreas, pero por economía de costos se decidió aprovechar el viaje de los auxiliares de Justicia para incluirla en la misma evaluación del terreno.
Todo el operativo contó con la apoyatura de la Gendarmería Nacional y no pasó inadvertido, en una ciudad que fue testigo de grandes operativos de allanamientos a innumerables inmuebles -incluidas las excavaciones en la estancia de Güer Aike– en el marco de causas vinculadas a supuestos hechos de corrupción kirchnerista.
Para el operativo, que se organizó desde Buenos Aires con cautela, se alquiló una aeronave del Aeroclub “Lago Argentino” durante 15 horas de vuelo para sobrevolar las estancias Río Bote, Cruz Aike, Campamento, La Porteña y Laguna del Asador, las cuatro primeras en cercanía de El Calafate y la última en la zona de Bajo Caracoles en el noroeste provincial.
Los auxiliares de justicia aún no presentaron los informes, pero trascendió que uno de los lugares a los que llegaron con órdenes para allanar, no pudieron completar la constatación dado que se encontraron con ocupantes -no vinculados a la familia Báez- que alegaban la titularidad sobre el inmueble: un antiguo boliche de campo que figura dentro de las propiedades de la quiebra, pero sobre el cual no pudieron realizar la constatación
La historia del condominio Báez-Kirchner
En 2013, una investigación de LA NACION, documentó el primer lazo comercial comprobable entre la entonces presidenta y el empresario santacruceño hoy condenado por lavado de dinero. Este condominio, que ahora es tasado por la sindicatura liquidadora, eran tierras fiscales que la vicepresidenta adquirió en 2006 a valor fiscal de 1,19 pesos el metro cuadrado y del que, dos años después, permutó el 50% como parte indivisa a la empresa Austral Construcciones..
Según el informe del estado jurídico de dominio del terreno, la propiedad quedó inscripta en el Registro de la Propiedad Inmueble de Santa Cruz, en 2007. Se identificó como “Fracción CCXXXIII-partida municipal C11-F000-422”. En 2008, con los oficios del escribano Leandro Albornoz, se estableció el carácter de la fracción de parte indivisa, lo que luego permitió completar una permuta sobre ese predio.
En 2013, LA NACION accedió a documentos internos del Grupo Báez que reunía los “Bienes de usos inmuebles”, donde consignaba que la mitad de la fracción Austral Construcciones la recibió por la permuta de la “Quinta 10A”, el predio sobre el que los Kirchner ampliaron el hotel Los Sauces. Entonces así, entre 2008 y 2016, Báez y Cristina Kirchner compartieron el condominio.
El 16 de mayo de 2016, la expresidenta cedió sus bienes a sus hijos. El informe de dominio registra un nuevo cambio en la titularidad del bien: mientras el nombre de Cristina Fernández aparece tachado en el asiento 4, en el asiento 5 se registran a Máximo Kirchner y a Florencia Kirchner con el 25% cada uno de la mitad que fuera de su madre y se consigna que el inmueble queda inscripto por “adjudicación en sucesión”. El 50% restante continúa en manos de Austral Construcciones.
Sobre el 50% de la propiedad que pertenece a Báez se encuentran trabados seis embargos. Allí se detallan las diferentes causas judiciales en las que se encuentra involucrado el empresario santacruceño que actualmente cumple prisión domiciliaria mientras prepara la estrategia para apelar el fallo del tribunal que lo juzgó por lavado de activos.
El último registro de la columna correspondiente a las novedades del informe de dominio 5285 es del 19 de marzo de 2018 y se refiere a la prohibición de distribuir dividendos sobre el 50% de Báez, y corresponde a un informe de dominio solicitado por organismos oficiales en el año 2018 al Registro de la Propiedad Inmueble de Santa Cruz, al que accedió LA NACION. Por lo menos hasta esa fecha, los condóminos de Báez eran los hijos de los Kirchner.
En la última declaración jurada de Máximo Kirchner de fines de 2019, el diputado nacional reconoce un patrimonio de $291 millones y se detallan los 27 bienes inmuebles de su propiedad, aunque no se especifica ni la dirección ni la matrícula catastral de los mismos, de acuerdo a la nueva forma de presentar las DDJJ. Sobre uno de esos inmuebles, Kirchner declara el 25% de 43.521 metros cuadrados, que coincide con el condominio en cuestión. Su parte quedó cotizada a $770.979,38, lo cual eleva el monto de la totalidad de las casi 9 hectáreas a más de $3 millones de pesos.