El artista plástico explicó que eligió el nombre “Aparecidos” para “revertir simbólicamente la cruel acción que siguió a ejecuciones o asesinatos extrajudiciales”.
Brian Carlson (66), el artista plástico estadounidense creador del memorial “Aparecidos” con los retratos de más de 3 mil víctimas del terrorismo de Estado en Latinoamérica, asegura que no es fácil exponer en su país porque su obra es reveladora de la “complicidad” del poder político estadounidense y “representa un aspecto de nuestra historia que la mayoría preferiría no saber”.
“Varias veces expuse partes seleccionadas del monumento en los Estados Unidos, en dos de los casos fue en universidades, siempre con buena recepción”, dijo a Télam el autor de esta obra con la que recorre Argentina desde 2013.
“Sin embargo, es casi imposible obtener una exhibición fuera de las universidades, ya que este trabajo no está a la venta -lo que elimina a las galerías comerciales- y representa un aspecto de la historia de los Estados Unidos que la mayoría de los ciudadanos nacidos allí preferiría no saber”, agregó.
Viviendo en Argentina desde fines de 2019 tras seis años de ir y venir para presentar su memorial, Carlson está en pareja con la curadora de su obra, Lelia Corral, hermana de Ana Corral, detenida-desaparecida en Tucumán a la edad de 16 años.
“Cuando me comuniqué con el director de la Galería Nacional de Retratos’ del Museo Smithsoniano (en Washington), proponiendo una exposición de ‘Aparecidos’, respondió que solo se centran en la historia de Estados Unidos. Le dije: – “¡Ésta ES historia de Estados Unidos! Y ese fue el final de esa conversación”, explicó.
Carlson está en pareja con la curadora de su obra, Lelia Corral, hermana de Ana Corral, detenida-desaparecida en Tucumán a la edad de 16 años.
El artista plástico explicó que eligió el nombre ‘Aparecidos’ para el memorial porque su intención fue “revertir simbólicamente la cruel acción que siguió a ejecuciones o asesinatos extrajudiciales”.
“En la medida que los actores estatales/asesinos desaparecieron a estas 30.000 personas, el memorial les ‘aparece’ recreando sus imágenes a partir de fotografías de archivo que se convierten en retratos pintados a mano”, contó.
El monumento empezó a gestarse por 2007, cuando Carlson viajó por primera vez a Argentina para participar de una muestra en el Centro Cultural Recoleta que auspiciaba el Instituto Hemisférico de la Universidad de Nueva York.
Como parte de las actividades ofrecidas a los académicos y artistas participantes, Carlson tuvo oportunidad de hacer un recorrido guiado por la Ex Esma donde tomó la decisión de poner su arte al servicio de un homenaje.
“Mientras estaba en el ático (de la ex ESMA) donde tantos habían pasado sus últimas horas, encadenados unos a otros, encapuchados y en silencio; me sentí abrumado emocionalmente. Se podía sentir toda la desesperanza, el terror, el sufrimiento, la desesperación que impregnan ese ambiente. Y allí asumí un compromiso con los desaparecidos: crearía un monumento para ellos, regresaría a la Argentina con ese monumento y exhibiría ese monumento en la ESMA”, lo que se cumplió en 2013.
Carlson: “Mientras estaba en el ático (de la ex ESMA) donde tantos habían pasado sus últimas horas, encadenados unos a otros, encapuchados y en silencio; me sentí abrumado emocionalmente”.
En los años intermedios en que Carlson permaneció trabajando en otros proyectos y enseñando en EEUU, siguió leyendo mucho sobre la última dictadura argentina, el Plan Cóndor y “sobre el apoyo de Estados Unidos al terrorismo de Estado en estas naciones”.
“Me asustó profundamente aprender estas cosas, pero también reforzó mi determinación de regresar con un memorial”, dijo.
El artista atribuye su falta de conocimientos previos “al hecho de que no hay prensa libre en EEUU. Ni la educación pública enseña con verdad y equilibrio sobre la historia y la política exterior” de ese país, explicó.
“Yo era consciente que durante estos años hubo dictaduras en América Latina, pero no conocía el tema a fondo y ciertamente no sabía que a través de hombres como Kissinger, estos déspotas estaban siendo ayudados, incitados y alentados por el gobierno estadounidense”, dijo.
Además de “honrar a las víctimas del terrorismo de estado en América Latina”, el memorial tiene otros objetivos.
“En segundo lugar, quería que los familiares y amigos de los desaparecidos supieran que alguien más se preocupa, alguien que no perdió a un familiar, amigo, maestro o compañero de trabajo. Pasar varias horas intentando hacer una imagen reconocible que transmita la energía individual de esa alma única, lleva un mensaje de respeto que los procesos más mecánicos no podrían”, dijo.
“Mi tercer objetivo era hacer que el monumento fuera lo más accesible y útil posible, por eso no es de ubicación fija ni tiene una forma fija, y se puede exhibir en su totalidad o en grupos seleccionados”, agregó.
Por último, un objetivo del monumento es también promover la “educación” sobre el período 1976-1983, “que es fundamental para cumplir el grito de ‘Nunca más'”.
El monumento empezó a gestarse por 2007, cuando Carlson viajó por primera vez a la Argentina.
Además de los rostros de miles de detenidos-desaparecidos en la Argentina de la última dictadura, el memorial incluye los de “personas asesinadas o asesinadas y desaparecidas en otros países” -como los 43 estudiantes mexicanos de Ayotzinapa, Berta Cáceres o Marielle Franco-; pero también casos argentinos más recientes, como Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, Julio López, (Darío) Santillán y (Maximiliano) Kosteki.
“De esta manera relaciono lo que sucedió hace décadas con ejemplos más recientes y con el presente, lo que forma parte del objetivo educativo del memorial”, dijo.
En el contacto con el público aparece una y otra vez la inevitable pregunta: “¿por qué un yanqui se involucraría en esto?”.
“Le aseguro a la gente que soy muy consciente de la participación de EEUU en estos horrores, que los denuncio, y que parte de mi activismo incluye tratar de iluminar a los ciudadanos estadounidenses sobre la horrible historia de nuestra política exterior que está vinculada con el presente, de similar naturaleza”, dijo.
Uno de los objetivos del monumento es promover la “educación” sobre el período 1976-1983, “que es fundamental para cumplir el grito de
El artista aseguró que “desde temprana edad y por la generación en la que nací, fui escéptico, si no desconfiado, de los motivos del gobierno de mi país y en muchos casos me opuse moralmente”, como cuando “solicité y finalmente obtuve el estatus de objetor de conciencia, eximiéndome del reclutamiento y de cualquier servicio militar” porque no estaba de acuerdo con las guerras de su país.
“Al mismo tiempo, cuando crecés en un imperio, es probable que sucedan muchas cosas en el mundo que ignorás porque los ciudadanos son adoctrinados y no se les da una verdad objetiva sobre la historia de su nación ni sus acciones y políticas actuales”, dijo.
“Definitivamente, venir a la Argentina, hacer la investigación que hice, aprender de los familiares y activistas sobre sus experiencias personales, ha impactado significativamente en mi visión de mi país””
El memorial tiene también una versión en línea, losaparecidos.com, donde se puede ver completa la obra, pero también acceder uno por uno a los retratos para conocer la información básica de cada uno y acceder a otros sitios para conocer más profundamente la historia de estas personas.
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Aparecidos, en la Universidad Nacional de General Sarmiento
Fuente Telam