La serie se publicó en dos ediciones: una edición estándar de 40 ejemplares y una edición real, de 30 copias, realizada con “polvo de diamante”, es decir que las copias se se salpicaron con finas partículas de vidrio triturado que brillaban a la luz como diamantes, informó Christie’s.
El valor de la primera, una serigrafía azul de la Reina Isabel II (Royal Edition), se estima en más de 250.000 dólares, mientras que la segunda serigrafía de color rojo, de la misma monarca, se estima en un valor por encima de los 300.000 dólares.
Para hacer esta pieza, el artista se basó en una imagen célebre de Su Majestad la Reina Isabel II, la fotografía oficial tomada por el fotógrafo real Peter Grugeon (1918-1980), publicada para las celebraciones del Jubileo de Plata en 1977.
Cuando el artista decidió que quería hacer un cuadro de la mujer en el trono de Inglaterra, su marchante europeo, George Mulder, escribió al secretario privado de la monarca, Sir William Heseltine, solicitando permiso para usar aquel retrato de la reina en un conjunto de cuatro serigrafías. Era el año 1982. La respuesta del Palacio fue cauta pero no desdeñosa: “La Reina ciertamente no desearía poner ningún obstáculo en el camino del Sr. Warhol”, escribió el secretario real aunque agregó que ella no pensaba ofrecer “ningún comentario sobre esta idea”. Así nació la serie “Reigning Queens”.
Nunca imaginó Warhol (1928-1987) que treinta años después, en el 2012, la Royal Collection del Reino Unido compraría cuatro copias de la Edición Real, para conmemorar el 60 aniversario de la coronación de la Reina. Son los únicos retratos de ella en la colección para los que la Reina no posó.
Ahora, otras dos copias de esa serie no solo conforman lo más destacado en la exposición bautizada El arte de la literatura, que se podrá visitar en Londres este mes, sino que además se consideran el lote principal de la subasta “London Now”, dedicada al arte contemporáneo y de posguerra, que se realizará en la misma capital británica.
Pero Warhol no es ni el primero ni el único artista que ha tematizado en sus obras a la princesa que a los 25 años, en la madrugada del 6 de febrero de 1952 se convirtió en reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
La Reina, que es la primera monarca británica en celebrar un Jubileo de Platino después de 70 años de reinado, ha sido objeto de más de 150 retratos oficiales, así como de innumerables representaciones no oficiales que fueron testimonio también de los cambios en la práctica artística -y en la propia sociedad- desde mediados del siglo XX, recordaron medios locales.
En esta lista se cuenta la famosa fotografía de Cecil Beaton, el día de su coronación en la Abadía de Westminster, la pintura de Pietro Annigoni, de 1954, o las litografías de Gerhard Richter, en blanco y negro, realizadas en 1966.
Tal vez, una de las más famosas sea la portada del álbum de los Sex Pistols, “God Save the Queen”, de 1977, que realizó con irreverencia el artista británico Jamie Reid, mientras que en el caso del pintor Lucian Freud, la reina accedió a posar para él en el año 2001. Entretanto, la reconocida fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz hizo cuatro retratos de Isabel II en 2007.
Probablemente el trabajo más difundido fue el que realizó el artista Arnold Machin, encargado de diseñar el retrato real que apareció en las monedas del Reino Unido entre 1968 y 1984. Además, este artista fallecido, que fue maestro de escultura en las escuelas de la Royal Academy, diseñó el retrato la efigie de la reina que aparece en las estampillas británicas desde 1967, una imagen que se ha replicados en por lo menos 225.000 millones de sellos.