“Vamos a hacer un congreso el 3 de septiembre”, anticipó el diputado del Frente Patria Grande Itai Hagman a El Cronista. ¿El motivo? Ante la falta de medidas por parte del Poder Ejecutivo para los sectores más vulnerables, ese día definirán si los diputados que responden al dirigente social Juan Grabois arman su propio bloque, aunque sería bajo la órbita del Frente de Todos.
La legisladora porteña Ofelia Fernández también le sumó tensión a la advertencia. Alineada con Grabois, la joven diputada de la Ciudad planteó: “El FDT prometió que iban primero los últimos, si van a seguir esperando no se qué sentido tiene seguir en los bloques“.
Ya desde la era Martín Guzmán, desde el sector que responde al líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), vienen reclamando medidas en pos de los sectores más vulnerables. Esos reclamos quedaron condensados en un proyecto de ley que tiene como autor a Hagman.
Se trata del Salario Básico Universal que, acuerdo a los cálculos del autor del texto, debería llegar a 7,5 millones de personas de bajos ingresos que se encuentran sin ocupación plena, se desempeñan como cuentapropistas o en la economía informal.
Si hoy Massa va a hacer anuncios ya no pueden faltar medidas para los más de 2 millones de indigentes. Indigencia es no poder resolver ni tu comida. El FDT prometió que iban primero los últimos, si van a seguir esperando no se que sentido tiene seguir en los bloques.
— Ofelia Fernández (@OfeFernandez_) August 17, 2022
Apenas juró como ministra de Economía Silvina Batakis, Grabois le dedicó un tuit pidiéndole que apure su implementación. No tuvieron suerte. Un reclamo similar le hicieron llegar a Sergio Massa al sucederla. Tampoco tuvieron suerte con el “superministro”.
En el medio, la kirchnerista Juliana Di Tullio presentó un proyecto similar al de Hagman en el Senado, pero que alcanza a un universo más acotado (1,7 millones) y es por tiempo limitado (1 año). El texto de Di Tullio fue redactado con la ayuda de asesores del Frente Patria Grande. Para este sector, no es el ideal, pero “es un avance, lo bancamos”.
Más allá del proyecto de la bonaerense, lo que advierten Grabois, Hagman y compañía es qué pasará con los sectores más vulnerables, principales afectados de la inflación, hasta que el texto de cristinismo se convierta en ley. Su tratamiento en el Congreso viene demorado. En ese interín “algo hay que hacer”, plantean.Bajo esta premisa es que desde que Massa desembarcó en el Palacio de Hacienda se vienen reuniendo con él para pedirle medidas que atiendan a los sectores más desprotegidos. La respuesta del tigrense fue: “Denme tiempo”.
Según le dijeron a El Cronista, el líder del Frente Renovador les daría una respuesta esta semana. “Lo mismo nos dijo la semana pasada”, se quejaron desde el Frente Patria Grande. De allí que decidieron ponerle una fecha límite al oficialismo: el 3 de septiembre. Ese día se reunirán representantes del frente de todas las provincias para definir si los diputados Hagman, Natalia Zaracho y Federico Fagioli arman rancho aparte.
La interpretación que hacen los tres diputados es que los días pasan, “el pico de la inflación es ahora” y no se hacen anuncios para los sectores más vulnerables. En concreto, sugieren que el Ejecutivo anuncie un refuerzo de ingresos similar al que se les dará a los jubilados, para que los sectores más postergados le haga frente a la inflación. Estiman que el universo al que se debería atender en lo inmediato se ubica por encima de las tres millones de personas.
Ultimátum
¿Por qué el 3 de septiembre? Ese día se cumple un mes de la llegada de Massa al Palacio de Hacienda, explicó Hagman.
Ahora bien, si para ese día Massa no anunció algún tipo de medida, y el sector de Grabois decide armar su propio bloque, será bajo la órbita del Frente de Todos, bancada que hoy lidera el rosarino Germán Martínez.
Así, el Frente de Todos, que hoy cuenta con 118 diputados, pasaría a ser un interbloque. Un bloque de 115 y otro de tres diputados.
¿Qué implicaría esta ruptura a medias? En concreto, los tres diputados contarían con mayor autonomía y margen a la hora de impulsar proyectos de ley, así como también para despegarse a la hora de votar.
Fuente El Cronista