El objetivo de lograr centralidad lo suele cumplir con creces la vicepresidenta Cristina Kirchner. Su presentación del jueves no fue la excepción.
Dos días antes se dejó trascender que ella estaría en el canal C5N, y a partir de eso comenzó a generarse singular expectativa. El jueves, su presencia en vivo generó picos de rating, y sus dichos fueron diseccionados por un sinnúmero de analistas esa misma noche y los días siguientes. Es lo que sucede siempre con la expresidenta, y volverá a pasar esta semana, con el esperado acto del 25 de Mayo, fecha de la que el kirchnerismo también se ha apropiado, al menos este año en el que celebra el vigésimo aniversario de la llegada de los Kirchner al poder.
Ese día Cristina volverá a hablar en Plaza de Mayo, donde lo hizo por última vez el 9 de diciembre de 2015. Esa misma noche tomó un vuelo hacia Santa Cruz y a Mauricio Macri la banda presidencial se la entregó el efímero presidente Federico Pinedo.
Todos esperan escuchar lo que vaya a decir Cristina el jueves, donde conforme los antecedentes no debe suponerse que vaya a dar nombres de sucesores. ¿Ratificará una vez más que no será candidata? Ya lo hizo una vez más el jueves, y la tercera debería ser la vencida. Lo anunció en diciembre pasado, el día de su condena; lo dejó claro el martes a través de una carta en Facebook y se lo reiteró el jueves a Pablo Dugan. “¿No vas a ser candidata?”, le preguntó el periodista para confirmarlo definitivamente, a lo que Cristina contestó: “Me parece que está muy claro lo que dije el otro día. Además, es la ratificación de lo que dije el 6 de diciembre”, y agregó luego que “yo no me manejo hormonalmente, siempre me he manejado con mis neuronas”.
No esperen que lo diga con todas las letras: no les dejará servido el título a diarios y portales. Pero habiéndolo sugerido ya tres veces, no debieran quedar dudas.
La carta en Facebook fue una jugada sorpresiva destinada a quienes ese mismo día alentaban en el mini estadio de Ferrocarril Oeste su postulación para una tercera presidencia. Lo hizo para desactivar de una vez a las usinas kirchneristas que estaban dando por confirmado que CFK sí sería candidata. Algunos incluso muy cercanos a ella, que dieron crédito a las versiones y las replicaron de manera exponencial.
Además, no quería Cristina generar frustración este jueves, en el acto que se presume será multitudinario. Muchos ya iban convencidos de que ese día sería la culminación exitosa del “operativo clamor”. Ahora irán muchos a escuchar señales que orienten hacia dónde irá la elección del candidato a suceder a su experimento fallido.
El factor sorpresa siempre fue un activo importante para Cristina Kirchner, aunque no necesariamente eso se traslade a resultados. En 2011 se guardó hasta el final la carta de Amado Boudou vice, que anunció la misma tarde del cierre de listas. Ni qué decir del presidente actual, al que Cristina anunció a través de un video difundido hace exactamente 4 años. Ninguna de esas dos experiencias puede ser tomada como positiva.
Igual, no se espera que CFK anuncie nombres el 25. Tiene tiempo todavía para analizar las perspectivas y actuar en consecuencia: falta un mes para el cierre de listas. Mientras tanto, el candidato natural pareciera ser Sergio Massa, pero como ya hemos dicho, su suerte está atada a la economía, y la inflación no da tregua. El próximo índice de inflación deberá ser difundido poco antes del cierre de listas, y todos los pronósticos son pesimistas.
En su charla por C5N, la vicepresidenta ponderó al ministro de Economía por haberse animado a “agarrar la papa caliente”, y eso puede tomarse como un gesto auspicioso. El ministro se hizo eco de esa frase y la incluyó en el mensaje que le bajó a su dirigencia en el encuentro del Frente Renovador celebrado el viernes en San Fernando. También mostró coincidencias con la vicepresidenta respecto de temas como el de hablar con la oposición sobre temas centrales como la deuda, pero deslizó la posibilidad de dar un portazo: “Es clave que el 10 de junio, cuando hagamos el Congreso (partidario), fijemos una posición política definitiva de cara al año electoral que viene, respecto del respaldo de candidaturas, respecto de si participamos o no en el Frente de Todos, y cómo participamos y cómo se diseña el frente, y cuál es la nueva realidad del Frente de Todos en términos de representación política, electoral”, dijo.
Una frase claramente destinada a presionar: ojo que podemos romper el FdT… Tiene incluso más para presionar: con dejar el ministerio.
Más adelante llamó a definir “una estrategia competitiva que nos permita, no solamente que alguno por ahí se saque la vanidad personal o el deseo de competir, sino que le dé al Gobierno sustentabilidad de cara al último tramo del año de gobierno”. Nuevo reclamo por dejar de lado las PASO.
Con Sergio Massa dispuesto, habrá que ver hasta qué punto el kirchnerismo le mantiene el crédito. El jueves por la noche la vicepresidenta pareció hacer gestos dirigidos a otro ministro, el del Interior, Wado de Pedro, cuando expresó su deseo de que los “hijos de la generación diezmada tomen la posta”.
Habrá que estar atentos a si el jueves Cristina da o no más señales en esa dirección. Porque por ahora solo habrá que esperar señales, no nombres concretos.
En ese contexto volvió a sonar fuerte el de Axel Kicillof, quien no tiene otro objetivo que el de ser reelecto en la Provincia, pero una corriente importante en el kirchnerismo aboga porque sea él quien en ausencia de la líder, encabece la fórmula presidencial. Eso en virtud de los sondeos que le asignan la capacidad de retener buena parte del voto cristinista, a diferencia de todo el resto. ¿Y a la provincia quién iría en ese caso? Se mencionó como globo de ensayo al ministro de Economía para ese destino, pero tal posibilidad merece poco crédito. Si bien el kirchnerismo en general y Cristina en particular no se dan por vencidos, creen que la elección nacional tiene muchas chances de ser perdida, razón por la cual quieren garantizarse a como dé lugar a la provincia de Buenos Aires. Ascender a Kicillof a la puja por la presidencia y mandar a Massa a la provincia podría representar quedarse sin el pan y sin la torta, así el ministro de Economía ganara los comicios bonaerenses.
La competencia bonaerense es central, y el panorama comenzó a despejarse en Juntos por el Cambio. Lo máximo que pudo despejarse fue que acordara el Pro llevar dos únicos candidatos cada postulante presidencial. La alternativa de que ambos compartieran a Diego Santilli llegó dos años tarde. Muchos en el partido amarillo se preguntan porqué no se decidió elevar esa candidatura naturalmente a partir de que el ex vicejefe de Gabinete ganó las elecciones intermedias de 2019. Hoy ya no se puede, pues es el principal activo de Horacio Rodríguez Larreta para ganar las PASO.
Patricia Bullrich cumplió su palabra de resolver esa cuestión antes de que terminara la semana y sorprendió eligiendo al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, para ser su precandidato a gobernador, cuando todo parecía indicar que por una cuestión de instalación, Bullrich escogería a Cristian Ritondo. No fue así. La expresidenta del Pro privilegió a quienes la acompañaron desde un primer momento y eligió entre ellos. Cree que así da muestras de coherencia.
Ritondo y Grindetti son amigos de hace 20 años, y comparten la CD de Independiente. También el exministro de Seguridad de María Eugenia Vidal es amigo de Santilli. Garantías de que en este caso no hubiera sido una interna sangrienta. Pero Juntos por el Cambio no puede darse el lujo de dejar heridos en el camino. Y son varios e importantes los cargos que hay que completar, como para tener mucho para ofrecer y evitar así desencantos.
Ritondo, que habría sido contactado en las últimas horas por Larreta para subirlo a su ambulancia, hubiera sido el presidente de la Cámara de Diputados si Macri era reelecto. Los precandidatos presidenciales del Pro podrían ofrecerle lo mismo. O bien una candidatura para senador nacional por la provincia de Buenos Aires. Esos son cargos súper importantes que se ponen en juego este año, y en la provincia de Buenos Aires JxC arriesga los dos senadores por la mayoría.
También hay quienes pueden ser tentados para ser vices. Diego Santilli piensa en un radical, replicando la experiencia de Vidal en 2015, pero no se descarta tampoco para ese cargo a una aliada reciente de Larreta que supo tener buen desempeño en 2019 con un partido muy chico y que reunió muchos votos.
En la Ciudad, la alternativa de que el candidato único del PRO salga de tres encuestas, pareció ser la llave para destrabar la contienda, aunque en las últimas horas parecieron aparecer dudas de Jorge Macri respecto del método, que podrían opacar el buen acuerdo logrado. En este distrito cada ganador de la interna después puede elegir vice y quien arranca con todos los boletos es Soledad Acuña, que bajó su propia precandidatura a jefa de Gobierno.
Aunque la ministra de Educación bien podría ser también el complemento de un Martín Lousteau ganador de las PASO, en caso de que eso sucediese.
Fuente Mendoza Today