Bogotá, 8 de junio – Total News Agency-TNA–-La política colombiana recibió un golpe brutal este fin de semana con el atentado que dejó gravemente herido al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El dirigente del Centro Democrático, de 39 años, fue baleado mientras encabezaba un acto de campaña en el oeste de Bogotá y continúa internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El más reciente parte médico, emitido por la Fundación Santa Fe de Bogotá, confirmó la gravedad de las lesiones. Uribe Turbay fue operado de urgencia por una herida de bala en la cabeza y otra en una de sus piernas. “El estado reviste la máxima gravedad y el pronóstico es reservado”, indicó el comunicado de la clínica, mientras su entorno y decenas de seguidores se mantienen en vigilia frente al centro médico.
“Amor de mi vida, vuelve a mí”, escribió su esposa, María Claudia Tarazona, en un mensaje tan íntimo como desesperado que compartió en redes sociales. La escena fuera del hospital parecía más la de un país rezando por un milagro que la de una nación en plena campaña electoral.
El ataque, registrado en plena luz del día y frente a cámaras, dejó imágenes que conmocionaron a la opinión pública: un joven se acercó por detrás mientras Uribe hablaba al público y le disparó a quemarropa. El autor material del atentado, según confirmó el Ministerio de Defensa, es un menor de apenas 15 años que fue detenido e internado con una lesión en una pierna.
El ministro Pedro Sánchez informó que más de 100 agentes de investigación fueron desplegados para determinar quiénes están detrás del intento de homicidio. “Estamos movilizando toda la capacidad del Estado para dar con los autores intelectuales de este hecho atroz”, declaró desde el lugar donde también es atendido el joven detenido.
Ante la gravedad del atentado, el presidente Gustavo Petro suspendió una gira internacional y encabezó un Consejo de Seguridad extraordinario. Desde allí, expresó su solidaridad: “Espero que Uribe Turbay sobreviva. Eso es lo que deseo más que nada”, dijo, y llamó a evitar la manipulación política de un momento de evidente conmoción nacional. También ordenó revisar el accionar de la escolta del senador y los protocolos de seguridad.
Uribe Turbay había anunciado su precandidatura a la presidencia en octubre pasado, con la mira puesta en las elecciones de 2026, para suceder a Petro, con quien mantiene profundas diferencias políticas. Si bien la campaña aún no ha comenzado formalmente, la violencia irrumpe precoz y feroz, como si la democracia estuviera mal blindada frente a los viejos fantasmas del país.
Heredero de una familia de larga trayectoria en la vida pública, Miguel Uribe es hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada durante un fallido operativo de rescate tras ser secuestrada por el cartel de Medellín en 1991. Su carrera política incluye cargos como concejal de Bogotá y secretario de Gobierno de la ciudad. Desde 2022 ocupa una banca en el Senado y es una de las figuras emergentes del Centro Democrático, partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe.
Colombia asiste ahora a una de esas encrucijadas donde la política y la violencia se cruzan con trágica familiaridad. El intento de asesinato de Uribe Turbay no solo deja a un dirigente al borde de la muerte, sino que también sacude la institucionalidad, a meses de iniciar una campaña presidencial que ya promete ser tan tensa como incierta.