Río de Janeiro, 1 de noviembre de 2025-Total News Agency-TNA-.Las recientes escenas de tiroteos entre policías del estado de Río de Janeiro e integrantes del grupo criminal Comando Vermelho incluyeron el uso, por parte de los delincuentes, de drones con granadas, algo que hizo a muchos recordar al militar brasileño que el año pasado fue detenido por enseñarles a utilizar este moderno armamento. La operación realizada en los complejos do Alemão y da Penha, al norte de Río de Janeiro, ya se convirtió en la más sangrienta en la historia del país: 121 víctimas fueron reportadas oficialmente, entre ellas cuatro policías, y se produjeron 113 detenciones tras la avanzada policial, parte de la Operação Contenção, con la que el estado lidia con la expansión del Comando Vermelho, uno de los grupos criminales más importantes del país, en la antigua capital imperial de Brasil.
Uno de los aspectos que llamó la atención durante los tiroteos producidos entre policías y miembros del CV fue el uso, por parte de estos, de drones con granadas, que les permitieron dificultar el avance de los uniformados y observar sus movimientos. Sin embargo, su aparición no fue una sorpresa para quienes recordaron la “Operação Buzz Bomb”, en septiembre del año pasado, y la detención del cabo de Marina Rian Maurício Tavares Mota, acusado de montarlos y pilotearlos para el Comando Vermelho.
La investigación que llevó a la Operação Buzz Bomb fue realizada por el Grupo de Investigaciones Sensibles de la Policía Federal de Brasil, con apoyo de la Delegación de Represión a las Drogas. En este caso, también fue necesaria la cooperación de la Marina de Brasil, ya que uno de los investigados era miembro de este cuerpo armado. Se trataba de Rian Maurício Tavares Mota, un cabo de 26 años que fue detenido en el cuartel donde estaba estacionado, en Niterói, acusado de producir y pilotear drones para la facción del Comando Vermelho en el Complexo da Penha, uno de los objetivos que esta semana tuvo la Operação Contenção. Puntualmente, la Operação Buzz Bomb buscaba desactivar el uso de este tipo de armamentos por parte de los asociados a Edgar Alves de Andrade, también conocido como Doca, que hoy se encuentra prófugo tras la última intervención de las fuerzas estatales.
Los equipos de la Policía Federal que participaron del operativo, en 2024, también fueron recibidos a tiros por los facciosos del CV. Cuatro habitantes de la favela quedaron heridos, pero, a diferencia de lo ocurrido esta semana, en ese entonces los efectivos decidieron suspender su acción para evitar mayor derramamiento de sangre. Su principal golpe a la organización parecía cerrado con la detención de Tavares Mota, que fue comprometido por una serie de audios a los que accedió la policía. “Necesitamos comprar el dispensador, jefe. Es un dispositivo que se coloca en el dron, que libera la granada, ¿entiende? Viene con un cablecito sujetando el pasador, ¿sí? Se coloca el pasador en el dron y la granada en este dispositivo”, decía a de Andrade el militar caído en desgracia.
En otra conversación, registrada el 2 de febrero de 2024, Rian envió a Doca un video que mostraba el uso de drones con explosivos en la guerra de Ucrania y luego ofreció fabricar un sistema similar para que el grupo atacara a facciones rivales. La investigación de la Operação Buzz Bomb también determinó que los drones se utilizaban para tareas de monitoreo en los territorios controlados por la banda.

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