En su editorial de Cada Mañana, Marcelo Longobardi analizó el impacto del resultado de las elecciones en la figura de Alberto Fernández.
En su editorial de Cada Mañana, Marcelo Longobardi convocó al analista político Sergio Berensztein para evaluar el impacto de la derrota electoral del oficialismo sobre la figura del presidente Alberto Fernández.
Al respecto, Berensztein se preguntó “cuánta capacidad” tiene el mandatario para “resistir las presiones muy severas por parte del kirchnerismo para avanzar sobre el gabinete de ministros y particularmente sobre Martín Guzmán”, y aseguró que hay dos interrogantes en juego.
El primero de ellos, vinculado con la capacidad de Alberto Fernández de desplegar “una estrategia autónoma más allá de las presiones” y el segundo relacionado con la propuesta del sector más duro para modificar el escenario de acá a noviembre.
“Muchas veces hay situaciones en la política donde todas las opciones posibles son malas y vos tenés que elegir la menos mala. En este caso, el mal menor no está claro. ¿Es ceder ante los sectores duros para satisfacer a Cristina e ir hacia una radicalización que implique perder más votos que son los que ya te abandonaron?”, se preguntó el analista al tiempo que consideró que dicha opción “no tiene ningún sentido”.
En ese marco, aseguró que existe “una alternativa que nadie considera” y que constituye “un giro hacia la moderación”.
“Los errores que pueda cometer de acá al 14 de noviembre van a restringir muchísimo las oportunidades que tendrá para garantizar la gobernabilidad de acá al 2023”, sostuvo Berensztein y agregó: “Todas las opciones que enfrenta el Gobierno son malas”.
Además aseguró que “el riesgo no solamente es cómo hace Alberto Fernández debilitado para gobernar, sino hasta qué punto la coalición gobernante puede seguir junta” y advirtió que “un gobierno que ignora el resultado de las urnas corre el riesgo de repetir el error de Fernando De la Rúa en octubre de 2001”.
“Evidentemente el domingo pasado Alberto Fernández recibió un knockout y ahora tiene la responsabilidad de seguir gobernando. Lo que implica un enorme desafío para él es lograr un mínimo de autoridad política para avanzar en una agenda”, concluyó.