“El ejército ruso bombardea masivamente Lisichansk con cañones, misiles, bombas aéreas, lanzamisiles. Destruyen todo”, dijo Sergii Gaidai, el gobernador de la provincia de Lugansk, donde quedan las dos ciudades.
“Allí es un infierno”, dijo en referencia a Severodonetsk, que estuvo desde hace semanas bajo intensos bombardeos que ahora se centran en una planta química donde resisten los últimos combatientes y donde se refugian cientos de civiles. La situación recuerda a la vivida en la sureña ciudad de Mariúpol, en la provincia de Donetsk, la otra que forma el Donbás, donde los últimos combatientes ucranianos se rindieron el mes pasado tras refugiarse semanas con civiles en una planta siderúrgica.
Si bien la mayoría de los combates se concentran en el este de Ucrania, en el resto del país también hay bombardeos. El Ministerio de Defensa ruso se atribuyó un ataque en Mikolaiv, al sur del territorio, que dejó varios soldados ucranianos muertos. El ataque alcanzó dos empresas, una escuela y provocó un incendio, según el alcalde de esta localidad ucraniana, Oleksandr Senkevuch.
Desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero, Ucrania contó con el apoyo de EE.UU. y la UE, que mañana y el viernes celebrará una cumbre en Bruselas para decidir si otorga a la exrepública soviética el estatuto de candidata a la adhesión. El órgano Ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, ya dio su recomendación a favor de darle el estatuto de candidato y ahora se necesitará el visto bueno de los 27 Estados miembros del bloque para avanzar con el proceso. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, anunció asimismo la misma recomendación para Moldavia que tiene su propio conflicto con el Kremlin por una región separatista.
Fuente Ambito