De cara a las Elecciones 2023, los economistas ya proponen distintas estrategias para ordenar el actual panorama cambiario y Domingo Cavallo, ex ministro de Economía de Carlos Menem y “padre” de la convertibilidad, se sumó al debate.
Tras proponer un esquema de transición bimonetario para que, más tarde, la economía nacional se organice en torno a un “mercado de cambios verdaderamente único y libre“, el economista reforzó sus ideas.
“No doy por muerto al peso”: el sorpresivo análisis de Cavallo sobre la economía
En un evento organizado la semana pasada en Uruguay, Cavallo sostuvo que “al dólar hay que permitirle que sirva como moneda y que haya intermediación financiera en dólares”, mientras que, en caso de que se logre “eliminar el déficit y hacer reformas, es posible que el peso se estabilice solo”.
En este sentido, el especialista publicó este domingo en su blog una aclaración: “Yo no propongo que un sistema de doble mercado sea la forma de organización cambiaria de un futuro plan de estabilización”, subrayó para sus “amigos liberales”.
En realidad, el economista considera que una “estabilización eficaz de la economía sólo podrá comenzar el día que se haya logrado la unificación y liberalización completa del mercado cambiario“.
Estabilización cambiaria: qué propone Domingo Cavallo
En un primer momento, el ex funcionario de Carlos Menem propone sostener un control cambiario únicamente sobre el comercio exterior de bienes y liberar todas las otras transacciones comerciales.
Según el economista, así se podría pasar del contexto actual, con diversos tipos de cambios, “a un mercado de cambios verdaderamente único y libre, sin restricciones para el movimiento de capitales”.
En caso de mantener el sistema actual en el que existe un fuerte control cambiario a través de la utilización de diversos tipos de cambio diferenciados, Cavallo aseguro que se van a seguir perdiendo divisas, lo que obligará a “imponer cada vez más restricciones a las importaciones”. En este contexto, se acentuaría “la expectativa de un salto devaluatorio en el mercado oficial“.
En contraste, el antiguo ministro propone “que el control de cambios se limite al comercio exterior de bienes”, mientras que todas las demás transacciones cambiarias se deberían cursar “por un mercado libre, sin ningún tipo de restricciones y sin que intervenga para nada el Banco Central”.
“Se transarán en este mercado las relacionadas con servicios reales y financieros, incluidas las cobranzas de prestadores de servicios en el exterior, las transferencias de capital, incluidas repatriaciones y dividendos, pero también ingresos decididos por inversores directos o financieros y atesoramiento sin limitación de montos”, especificó Cavallo.
En este sistema, el tipo de cambio único resultante “tendrá el techo que imponga el deseo de los tenedores de dólares en el país o en el extranjero de abastecerlo porque resultan atraídos por el alto precio que podrán obtener vendiendo en el presente sus divisas en comparación con lo que esperan que valgan en el futuro”.
Y agregó: “En el mercado comercial el tipo de cambio seguirá siendo determinado por el Banco Central hasta la unificación completa. Por supuesto, deberá ajustarlo como mínimo al ritmo de la inflación, para impedir que sufra una apreciación real”.
Respecto a cuándo deberían aplicarse las reformas para establecer este sistema de transición, Cavallo considera que es “imprescindible hacerlo después de las PASO” en caso de que sus resultados evidencien que el futuro gobierno más probable apoyará este sistema.
Para el exministro, la asunción de un nuevo gobierno que defina de entrada avanzar hacia la “unificación y liberalización total” del mercado de cambio “hará que, a partir de un cierto precio del dólar libre, la tendencia sea a la apreciación real, no a la depreciación“.
Además, Cavallo cree que, a medida que la nueva gestión comience a aplicar medidas y reformas que “restablezcan el equilibrio entre los precios relativos y en las cuentas fiscales”, la tendencia a la apreciación del peso se acentuará.
Para cerrar, el economista remarcó que, de aplicar esta estrategia, el plan de transición para converger en un mercado único y libre de cambios “se producirá por vía de la apreciación del tipo de cambio libre”.
Por ende, “los exportadores no tendrán motivo para demorar sus exportaciones porque quedará claro que la unificación del mercado cambiario no implicará salto devaluatorio significativo del tipo de cambio comercial”, concluyó Cavallo.
Fuente El Cronista