Finalmente Javier Milei alcanzó un logro que se les negó a otros. Una vez Domingo Cavallo (1999), y dos Roberto Lavagna (2007 y 2019), fueron economistas que intentaron alcanzar la primera magistratura. No lo consiguieron. Sí Milei, y será entonces el primer profesional de esa actividad en llegar a la presidencia; en detrimento de Horacio Rodríguez Larreta que se ilusionaba con ser él ese primer economista presidente, tal cual anticipaba durante la campaña.
Un presagio inquietante para lo que viene, atento a que muchas veces la relación entre los presidentes y sus ministros de Economía ha sido por lo menos complicada. Pasó con Carlos Menem, hasta que se “desembarazó” de Cavallo; sucedió con Néstor Kirchner, que en campaña decía que él sería su propio ministro de Economía, y cuando pudo se sacó de encima a Lavagna. Mauricio Macri decidió repartir la cartera en varios ministerios, cuestión de evitar un superministro, y eso licuó el poder del ministro principal. Al que hasta el título le cambió: ministro de Hacienda, lo llamó.
La pregunta que se impone ahora ante lo que viene es si la condición de economista de Milei le jugará a favor o en contra en la relación que tendrá con su ministro. ¿Qué tan cómodo podrá desempeñarse el titular del Palacio de Hacienda, con un presidente obsesionado en auscultar permanentemente sus funciones? En su defensa, quienes por estos días contemplan solo la parte del vaso lleno sugieren que su condición de economista debe ser tomada como un activo del presidente electo. “Los anteriores solo sabían algo de economía, no eran expertos, por eso cuando se inmiscuían solo perjudicaban”, esgrimió un miembro de La Libertad Avanza “de primera generación”.
Sorprendieron, eso sí, las idas y vueltas en torno a la designación del elegido para conducir la economía. Será Luis “Toto” Caputo, aunque eso no ha sido aún oficializado, y a la luz de la experiencia con esta gestión en desarrollo, esperar a que jure. Pero lo cierto es que la indefinición en materia de nombres para la futura administración ha sido una constante. Es verdad que se trata de una fuerza nueva que llega a la presidencia sin experiencia y consagrada tal vez anticipadamente, pero la realidad es que Milei sabía desde las PASO que la posibilidad de alzarse con la presidencia era cierta y concreta.
En este marco, propios y extraños advierten un notorio desorden en materia de designaciones, como sucedió con la de Carolina Píparo, nominada al día siguiente del triunfo y desactivada cuatro días más tarde, de manera desprolija, cuando acababa de anticipar en redes la reunión que mantendría con Fernanda Raverta para iniciar la transición. Fuentes cercanas al futuro oficialismo aclararon que tuiteó apenas supo de los trascendidos que anticipaban su desplazamiento.
Entre las designaciones ya anunciadas podemos citar la de Franco Mogetta, quien será secretario de Transporte de la Nación. Es el primero de los schiarettistas en sumarse a la futura gestión, pues ha sido secretario del área en su provincia, y siempre fue muy crítico -como su jefe en la campaña- en cuanto a los subsidios al transporte del AMBA.
Más allá de su experiencia en su provincia, cabe recordar su paso por la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados, a la que asistió en su condición de secretario de Transporte y miembro del Consejo Federal de Transporte (COFETRA). Allí reclamó por “la falta de equidad” en la distribución de subsidios en el servicio público de pasajeros en el interior del país. En ese marco expresó entonces: “En AMBA se subsidia el 80% de las tarifas, por lo que el boleto cuesta 25 pesos, mientras que en el interior solo se subsidia el 32% y el boleto llega a valores de 100 pesos”. Contó también que “el 40% de los costos del sistema de transporte es solventado por los estados municipales y provinciales”.
Fue el 19 de octubre de 2022, cuando Mogetta expuso los datos oficiales de la web del Ministerio de Transporte: “Por cada peso que se destinó al interior en subsidios durante el 2021, 3.37 fueron para el AMBA; y por habitante, cada un peso destinado al interior, correspondían 6.26 al Área Metropolitana”, indicó. De este posicionamiento puede inferirse con qué premisas llegará al cargo.
No es el único funcionario del riñón de Schiaretti que llegará al cargo en la próxima administración. También lo hará Osvaldo Giordano, actual ministro de Finanzas del gobierno cordobés, que es nada menos que quien desplazó a Carolina Píparo al frente de la ANSeS. La mayor caja del país para alguien del schiarettismo habla de un acuerdo amplio en marcha con el peronismo cordobés, provincia que le aseguró a Milei una diferencia de más de un millón de votos para ganarle a Sergio Massa hace una semana.
El acuerdo con Schiaretti es más amplio y así se interpretan las negociaciones que mantienen al compañero de fórmula del gobernador cordobés en las presidenciales, Florencio Randazzo, competitivo en la aún no resuelta carrera por la presidencia de la Cámara baja. Allí era número puesto Cristian Ritondo, testigo privilegiado del acuerdo de Acassuso del 24 de octubre, pero lo que se esperaba se resolviera prestamente, sigue demorándose.
Ritondo es el nombre que Mauricio Macri le sugirió para Diputados. Debería atender Milei esa recomendación de quien gobernó en minoría sus ocho años al frente de la Ciudad de Buenos Aires, y los cuatro en la presidencia. Allí fue clave el rol de Emilio Monzó, articulando con el ministro del Interior Rogelio Frigerio, si bien el expresidente no se los reconozca como es debido. Pero fueron los que le aseguraron gobernabilidad sobre todo durante los dos primeros años, los mejores de Macri como presidente. Conjuntamente con el rol indispensable que cumplió Miguel Pichetto en el Senado, donde puso el papel institucional por encima de las cuestiones partidarias.
El presidente del bloque Pro llegaría con la experiencia de haber presidido la Legislatura porteña siendo minoría, y el expertise que sus años en la Cámara baja le garantizan. “Es un hombre al que le atienden el teléfono desde Sergio Massa a Máximo Kirchner”, remarca un observador absorto ante la demora en una designación clave. También es el que puede articular los acuerdos necesarios con el todavía no disuelto interbloque Juntos por el Cambio, donde el futuro oficialismo deberá buscar los votos necesarios para aprobar las leyes.
Se le adjudica al futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, la insistencia con Randazzo. Algunos dicen que el propio Milei está más inclinado por ese nombre, si bien generó un fuerte vínculo con Ritondo en el último tiempo en la Cámara baja. A Randazzo lo piensan como pieza clave para atraer gente del peronismo, de ahí el interés especial del futuro ministro del Interior. Sus detractores advierten que “en el peronismo lo consideran un traidor y no lo quieren”. Quienes lo respaldan circunscriben ese sentimiento a los kirchneristas.
Como sea, Milei apuesta a apoyarse en el peronismo, explorando en busca de sus propios “Pichettos”. Es lo que lo haría prescindir tal vez del apoyo de JxC, exceptuando al Pro. Un acercamiento con esa idea lo da el comentario que la noche de la victoria deslizó en TN la excéntrica Lilia Lemoine: “Yo no tengo enemigos en el peronismo… Yo creo que nuestro enemigo natural es el radicalismo”, dijo, sintonizando muy probablemente con su líder.
Los diputados electos de La Libertad Avanza no pierden la esperanza porque terminen nombrando a alguien propio, y con ese fin se reunirán este lunes en el Hotel Libertador. Como sea, entre los 38 diputados que tendrá el bloque LLA, que presidiría la periodista Marcela Pagano, no hay experiencia previa. Salvo Ricardo Bussi, que fue diputado y senador nacional, ninguno ha pasado ya por el Congreso.
La que pasó por el Congreso en la semana fue Victoria Villarruel, para reunirse con la vicepresidenta Cristina Kirchner, a la que sucederá al frente del Senado. Tal cual sucedió cuando la entonces presidenta recibió a Macri en Olivos brevemente en la previa de la fallida transmisión del mando, no hubo fotos del encuentro con la vice de Milei. Lo cual dio lugar a múltiples interpretaciones: que CFK no quería mostrarse con alguien situado en las antípodas de su pensamiento; que evitó así exhibirse en una situación donde ella es la vencida; que prefirió no dar pie a un debate posterior en torno a la cara que pusiera ante su interlocutora… Lo cierto es que al menos activó el mecanismo de transición que muchos imaginaron no protagonizaría.
Y podría no haber sucedido, de haberse ido a Italia como estaba previsto. La suspensión del viaje dio también lugar a interpretaciones. Una de peso: que Francisco no respondió a su pedido de audiencia y prefirió evitar exhibir el desaire. Tal vez solo haya buscado tener que dar explicaciones en la Universidad de Nápoles sobre la dura derrota del peronismo y terminar hablando exclusivamente de Javier Milei y no de ella.
Hay que reconocer que Cristina siempre creyó que el oficialismo perdería estas elecciones. Por eso se sorprendió con el resultado de las generales. Quedó claro que en su mensaje de ese día, al votar, esperaba un traspié. Pero la derrota final que preanunciaba, sucedió. Así y todo, no esperaba semejante resultado, sino una victoria opositora ajustada -máximo dos puntos-, a partir de la cual dar inicio a la etapa de resistencia. Nada que ver con la victoria arrolladora del 19N, que pone en pausa esa resistencia tenaz prevista. Solo en pausa.
Fuente Mendoza Today