La inflación en Estados Unidos es más resiliente de lo que pensaban las autoridades y el mercado. Según el informe difundido este viernes por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, subió en febrero el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal. El índice de precios del gasto en consumo personal trepó al 2,5% interanual, un ritmo más rápido que el 2,4% que marcó en enero.
El aumento de la tasa de inflación anual se debió a un incremento del 2,3% de los precios de la energía en febrero.
Los datos llegan una semana después de que las autoridades de la Reserva Federal mantuvieran sin cambios la tasa de interés en el rango del 5,25%-5,50%, tras haberla subido 525 puntos básicos desde marzo de 2022.
La Fed prevé tres recortes de tasas este año. El gobernador de la Fed Christopher Waller dijo el miércoles que “no hay prisa por recortar la tasa de interés”, por lo que gana fuerza el “Higher for Longer”, es decir, que sigan altas por más tiempo. Por su parte, los mercados financieros esperan la primera reducción en junio.
Los datos del Departamento de Comercio publicados este viernes significan que la Reserva Federal está aún más lejos de alcanzar su objetivo de una inflación del 2%.
Pero el informe también contiene noticias positivas. Es probable que los banqueros centrales se consuelen con el índice PCE subyacente, que excluye la energía y los alimentos. Este índice se desaceleró ligeramente hasta el 2,8% desde la tasa anual del 2,9% registrada en enero. Y, mensualmente, se desaceleró al 0,3% desde el 0,5% del mes previo.
Los responsables de políticas monetarias siguen de cerca la llamada inflación subyacente para evaluar sus progresos en la lucha contra la inflación.
El gasto de los consumidores, que representa más de dos tercios de la actividad económica estadounidense, subió un 0,8% el mes pasado tras haber aumentado un 0,2% en enero, agregó el informe.
Fuente El Cronista