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Luján, 29 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-Un operativo internacional de rescate avanza dentro del ex zoológico de Luján, el predio clausurado desde 2020 tras graves denuncias por maltrato, explotación y exterminio de fauna. Según reveló Clarín, una misión encabezada por la organización Four Paws revisa y prepara el traslado de 62 felinos y dos osos, en lo que especialistas califican como el mayor operativo de este tipo realizado en el país.
Al ingresar al predio, el abandono es evidente: jaulas vacías, vehículos oxidados, estructuras en ruinas y un silencio apenas interrumpido por algunos animales que aún permanecen en el lugar. Entre ellos, cabras, un camello y principalmente leones y tigres que sobreviven en condiciones críticas, muchos de ellos hacinados en recintos mínimos o visiblemente debilitados.
Desde una carpa blanca instalada a 200 metros del acceso principal, un equipo de 15 especialistas liderado por el veterinario Amir Khalil lleva adelante chequeos exhaustivos. Allí revisan uno por uno a los animales: estado dental, uñas, articulaciones, infecciones, lesiones internas, peso, microchips y ultrasonidos. Varios leones tenían heridas severas por peleas; otros, mutilaciones de garras aplicadas años atrás. En un caso reciente, el equipo detectó problemas renales en una de las leonas, consecuencia directa de una dieta deficiente.
Four Paws interviene en el predio desde septiembre tras firmar un acuerdo con la Subsecretaría de Ambiente. Desde entonces, el grupo logró evaluar a la totalidad de los felinos y a los dos osos: Gordo y Florencia, que se encuentran en las condiciones más críticas del establecimiento, encerrados en recintos aún más pequeños que los de los grandes felinos. Ambos serán trasladados al santuario Belitsa, en Bulgaria, donde podrán recibir cuidados adecuados. Serán los primeros osos argentinos en viajar por vía aérea hacia un santuario europeo.
El estado de abandono del lugar es extremo. El predio se asemeja a un espacio detenido en el tiempo: maquinaria agrícola oxidada, senderos invadidos por maleza y estructuras que llevan cinco años sin mantenimiento. Según Four Paws, antes de su intervención, casi la mitad de los animales murieron por peleas, estrés o problemas médicos no tratados. A esto se suma el legado de prácticas que durante años hicieron famoso al zoológico, como permitir a turistas tomarse fotos con leones o montar a la elefanta Shamira, que murió meses después de la clausura.
La organización reconoce que, aunque cada rescate es un avance, la magnitud del caso revela un problema estructural: ningún santuario del mundo tiene capacidad inmediata para recibir a 62 felinos simultáneamente. Cada animal requiere un traslado internacional individual, permisos específicos, cuarentenas estrictas y un espacio que garantice una vida digna lejos del cautiverio comercial. “No queremos ser solo una curita”, advirtió Luciana D’Abramo, de Four Paws, al remarcar que sin cambios legales y controles permanentes, las situaciones de explotación se repetirán.
Desde 2019, numerosas inspecciones oficiales habían documentado violaciones sistemáticas en el zoológico: contacto prohibido con animales salvajes, registros incompletos de altas y bajas, irregularidades en traslados, malnutrición, falta de controles sanitarios y uso indebido de sustancias tranquilizantes. En 2020, tras constatar más de 600 infracciones, el Ministerio de Ambiente ordenó su clausura definitiva.
La etapa decisiva comienza ahora: la relocalización de más de sesenta felinos en santuarios de Estados Unidos, Sudáfrica, Europa y centros regionales especializados. Será un proceso largo, complejo y costoso, que Four Paws planea sostener hasta que el último animal abandone el predio.
Para la organización internacional, el rescate del ex zoológico de Luján representa una oportunidad única para instaurar un nuevo estándar en el país. Para la Argentina, implica finalmente enfrentar un capítulo oscuro donde el entretenimiento turístico prevaleció durante años sobre el bienestar animal.
